APUNTES
Y RESUMEN DE SISTEMAS POLITICOS COMPARADOS II
02/08
Lijphart
1, 2, 3, 8, 9, 13 y 14
Un estudio previo al libro es el de “Las
sociedades segmentadas”, sociedades que por “x” razones fueron compuestas por
segmentos diferentes entre sí, ya sea por cuestiones étnico-culturales,
religiosas, etc. Hay sociedades que han resuelto esas cuestiones, pero otras
que están muy segmentadas. Hasta los estudios de Lijphart, era muy co
rriente la teoría de que era muy difícil que en una sociedad segmentada se sostenga en el tiempo una democracia. Los conflictos eran posible, pero muy difícil de canalizar. Son posibles de canalizar si se dan en forma cruzada, chocando en diagonal sobre la recta y no de lado a lado.
rriente la teoría de que era muy difícil que en una sociedad segmentada se sostenga en el tiempo una democracia. Los conflictos eran posible, pero muy difícil de canalizar. Son posibles de canalizar si se dan en forma cruzada, chocando en diagonal sobre la recta y no de lado a lado.
Hay un entrecruzamiento de los conflictos y
por eso se sostendría.
Pero donde los conflictos son muy frontales, es más difícil canalizarlos.
Lijphart demuestra que ese supuesto es
equivocado. Primero hace un estudio de las sociedades segmentadas, y observa
que hay sociedades segmentadas que funcionan y perduran en el tiempo, entonces
se plantea que no es un impedimento para el funcionamiento de la democracia el
hecho de que la sociedad esté fragmentada.
En “Democracias contemporáneas comparadas”
quiere verificar o averiguar cómo es que países como Holanda, con una sociedad
segmentada tiene un sistema político democrático estable, y no ocurre ello en
Yugoslavia. Para ello, hace cuatro investigaciones comparativas. Este es un
análisis riguroso y metodológico. Comienza la investigación, la hipótesis que
quiere controlar es: En vista (o si se
procura) de una democracia estable, si la sociedad es segmentada, se requiere o
es más apropiado una democracia consociativa. Y por otro lado, en vista de una democracia estable, si la
sociedad es homogénea, es más apropiado o posible, una democracia de mayorías.
Estas dos hipótesis que luego somete a contraste en su análisis comparativo, se puede expresar
en una sola: La estabilidad de un régimen democrático es función de la
congruencia entre el grado de segmentación y el grado de consociativismo. Esto
quiere decir que a mayor segmentación, mayor grado consociativo y viceversa.
Lijphart procede observando empíricamente
el régimen político de un país cuya sociedad considera que no es segmentada,
Gran Bretaña. Al observar este régimen político procede a resaltar algunas
características más destacables o más importantes de este sistema:
1)
Gobierno
de un solo partido (gobierno monocolor)
2)
Predominio
del ejecutivo
3)
Bipartidismo
4)
Conflicto
unidimensional: los partidos compiten o pugnan entre si por en una sola
dimensión, la distribución del ingreso, o sea, la dimensión socio-económica.
5)
Sistema
electoral de mayoría relativa simple
6)
Bicameral
asimétrico: aparentemente hay bicameralismo, pero en realidad no lo hay, la Cámara de los Lores perdió
peso a través del tiempo
7)
Gobierno
unitario y centralizado (no federal)
8)
Constitución
no escrita y soberanía parlamentaria: Llama constitución no escrita a la
constitución flexible, a diferencia de la nuestra que es rígida, codificada,
que para modificarla hay que hacer una serie de trámites antes. En cambio, en
GB, la constitución puede ser modificada por el parlamento, es un conjunto de
decisiones del mismo.
A este tipo de democracia ideal, lo termina
llamando “modelo de mayoría”, tiende
al dominio de la mayoría, porque ésta, una vez elegida, tiene soberanía.
Luego aplica el modelo a la realidad para
ver los casos donde se aplica, ve que se da en Inglaterra, Nueva Zelanda,
Australia y Canadá. En Nueva Zelanda, descubre empíricamente que es la mejor
expresión de ese modelo de mayoría. Compara NZ con GB, y se da cuenta de que GB
no es tan de mayoría como NZ. Ésta, en la característica 7) es un régimen
unitario puro y en la 6) es unicameral.
Para tener el modelo contrario, procede
deduciendo las características opuestas del modelo de la mayoría:
1)
Gobierno
de coalición
2)
Separación
de poderes (relación equilibrada entre PE, PJ y PL)
3)
Multipartidismo
4)
Conflicto
multidimensional (pugnan los partidos por conflictos multidimensionales, es un
indicador de segmentación)
5)
Representación
proporcional
6)
Bicameralismo
equilibrado y representación de la minoría
7)
Descentralización
y federalismo (territorial o no territorial, jurídico)
8)
Constitución
escrita y veto de la minoría (voto por unanimidad)
Cuando repasa las características de este
modelo opuesto, tiene la lógica de una mayor participación, como no hay
unanimidad, el consenso es lo que hace que funcione. Lo llama “modelo
consociativo” o democracia de consenso. (Suiza, Holanda, Bélgica y España)
Tiende a la amplia participación en el gobierno.
Hay también, situaciones intermedias, como
el caso de EEUU, donde hay características mayoritarias y consociativas, posee
la 1), 3), 4) y 5) del modelo de mayoría, y la 2), 6), 7) y 8) del modelo de
consociativo. Con esta comprobación, Lijphart se da cuenta de que hay
democracias estables que combinan características de ambos, entonces hay
sistemas mixtos (tercer modelo).
Ahora vuelve a retomar su hipótesis: En vista (o si se procura) de una democracia
estable, si la sociedad es segmentada, se requiere o es más apropiado una
democracia consociativa. Y por otro lado, en vista de una democracia estable, si la sociedad es homogénea, es más
apropiado o posible, una democracia de mayorías.
Algunas reflexiones que se pueden obtener
es que en una sociedad segmentada es muy difícil que sobreviva la democracia de
mayoría, porque significa que una mayoría debiera imponerse por la fuerza sobre
otros.
Luego, busca casos para comenzar a
compararlos empíricamente para contrastar la hipótesis. Aplica, explícitamente,
la estrategia de casos comparables para seleccionar sus unidades de análisis, e
implícitamente la escala de abstracción de Sartori. Primero, hipotetiza sobre
sistemas políticos, luego baja la escala de abstracción a democracias
aumentando la intención, pero disminuyendo la extensión (obtiene 54), luego
baja aún más la escala de abstracción y busca democracias estables en los
últimos 35 años (21). Le agrega la IV República Francesa a través del criterio de
aumento de cantidad de casos por una dimensión histórica o temporal, le quedan
23 casos, de los cuales toma 3 más, los casos de Grecia, Portugal y España.
Violenta el criterio porque los toma a partir de su consolidación (1° ola de
democratización).
En cuanto a la estrategia de casos
comparables, todos ellos tienen características que quiero y debo mantener constantes:
a)
Las
25 democracias son democracias de países desarrollados
b)
Pertenecen
al grupo de países con mayor bienestar
c)
Pertenecen
al área geopolítica de la OTAN
d)
Tienen
una cultura política semejante, son culturalmente homogéneos desde el punto de
vista político (cultura occidental)
Todas estas variables pueden intervenir en
lo que estoy analizando e hipotetizando. Aplica este método comparado y no
puede aplicar el método estadístico para controlar de qué depende la
estabilidad política democrática. Que la
estabilidad política democrática es función de la congruencia entre el grado de
segmentación cultural y el grado de consociativismo de las sociedades. Pero
el dilema está en cómo hacer para descartar otras variables que no inciden en
ello, otras variables intervinientes, ya que no alcanza la cantidad de casos
para aplicar el método estadístico para descartar variables. El método
comparativo hace que al seleccionar las unidades de análisis ya estamos
controlando ciertas variables. Descarto que sean congruencia del desarrollo, o
del bienestar, de la cultura occidental, o de la pertenencia a la OTAN , puesto que estas
variables son las características que quiero y debo mantener constante en todos
los casos, quedaron neutralizadas como variables intervinientes.
Tiene 25 democracias estables, que
hipotetiza que son estables por la congruencia entre el grado de segmentación
cultural y el grado de consociativismo. El método comparativo no puede
contrastar sus hipótesis a posteriori, sino que tiene que ver a priori al
seleccionar sus unidades de análisis.
Entre sí, los 25 países se diferencian en
el tamaño de la población, el tamaño de su territorio y el tamaño de sus
economías. Estos tres aspectos o variables, no se pueden neutralizar porque
difieren, en cambio las a), b), c) y d) si pueden ser neutralizadas. Una vez
neutralizadas esas variables, queda el grado de segmentación y el grado de
consociación. Compara de cada país su grado de segmentación y consociación.
Criterios de división cualitativos:
Divide en dos grupos las sociedades, las
homogéneas y las heterogéneas.
El primer criterio es la homogeneidad
lingüístico-religiosa, más del 80% de homogeneidad, menos de 80%, heterogeneidad.
Pero este criterio no es suficiente para establecer un ranking de segmentación.
Observa a Bélgica, donde una nación habla francés y son católicos, y la otra
habla holandés y son protestantes. A su vez, cada segmento direcciona,
planifica su propia educación, las sociedades están organizadas por familias,
tienen sus propias instituciones. Además, cada segmente se expresa y manifiesta
por un propio partido político que representa a ese sector o subsociedad.
Otro criterio es el de grado de
segmentación: segmentado, no segmentado, semi-segmentado. Israel es un modelo
mixto, es homogéneo por la religión, porque todos son judíos, pero están
segmentados por el grado de ortodoxia, cada grupo expresa y tiene su propio
partido y negocia sus propias ventajas religiosas y económicas.
Sociedad
no segmentada
|
Sociedad
semi-segmentada
|
Sociedad
segmentada
|
|
Sociedad homogénea
|
Dinamarca
Grecia
Islandia
Japón
Noruega
Nueva Zelanda
Portugal
Suecia
Irlanda
|
Finlandia (lengua)
Francia (religión)
Italia (religión)
|
Austria (religión)
Israel (religión)
Luxemburgo
(religión)
|
Sociedad heterogénea
|
Australia
|
Alemania (religión)
Canadá (lengua)
EEUU (religión)
|
Bélgica (lengua)
España (lengua)
Holanda (religión)
Suiza
(religión y lengua)
|
Somete a cada país a cada característica de
los modelos democráticos de mayoría y consociativa.
Para clasificarlo según su grado
consociativo, procede con un elemento cuantitativo, testea cada uno por
separado construyendo un índice cuantitativo según cómo mide en cada
característica. Con esta información, acude al análisis factorial, por el cual
determina el grado de consociación y el grado de segmentación. El análisis
factorial le agrupa un resultado obtenido para cada país referido a la
dimensión uno y dos. Agrupa las cinco primeras variables (dimensión uno) de
cada tipo de democracia y las otras tres (dimensión dos) por el otro.
Clasificados por el parámetro estadístico, que oscila entre el -2 y el 2, si el
resultado es positivo, quiere decir que ese país, para esa dimensión clasifica
para modelo mayoritario y si es negativo califica como modelo consociativo.
Aparece, entonces, cuatro grupos de países:
Grupo 1: mayoritarios en
la dimensión 1 y 2. Nueva Zelanda (el más mayoritario), Reino Unido, Grecia,
Irlanda, Luxemburgo, Francia V y Suecia. A estos países los llama mayoritarios/mayoritarios o unitarios.
Grupo 2: mayoritarios en
la dimensión 1 y consociativo en la dimensión 2. Canadá, EEUU, Australia,
Alemania, Austria, Japón, España. A estos países los llama mayoritarios/federales o consensuales.
Grupo 3: Dimensión 1
negativa, y Dimensión 2 positiva: Israel, Francia IV, Finlandia, Países Bajos,
Dinamarca, Islandia, Portugal, Bélgica. A estos países los llama consensuales/mayoritarios o unitarios.
Grupo 4: consensuales en
dimensión 1 y 2. Suiza e Italia. A estos países los llama consensuales/consensuales o federales.
Ahora tiene que enfrentar el grado de
consociación con el de segmentación. Los clasifica según el puntaje que tengan
en cada dimensión, si es positivo o negativo.
Dimensión
2
|
||||
Entre 2 y 0,50
Mayoritario
|
Entre 0,50 y -0,50
Intermedio
|
Entre -0,50 y -2
Consensual
|
||
Dimensión 1
|
Mayoritario
|
Grecia
Nueva Zelanda
Reino Unido
|
Austria~
Irlanda
|
Australia
Canadá
EEUU
|
Intermedio
|
Islandia
Luxemburgo*
Portugal
|
España
Francia
Noruega*
Suecia*
|
Alemania
Japón~
|
|
Consensual
|
Israel
|
Bélgica
Dinamarca~
Finlandia
Francia IV
Italia
Holanda
|
Suiza
|
Si hacemos un vistazo, del lado izquierdo
al derecho vamos a ver democracias consociativas, y a medida que vamos hacia
ahí, vamos a ver sociedades segmentadas y semi segmentadas. De la diagonal para abajo, son todos consociativos
y segmentados, excepto los casos desviados (*), aquellos marcados con ~ explica el porqué de la excepción.
Si hay coincidencia entre el grado de
consociación y grado de segmentación, va a haber estabilidad democrática.
Considera que sus hipótesis fueron
fuertemente corroboradas en un 90%, y reconoce que no pudo controlar la
variable cultura anglosajona.
Esto permite ver qué tipo de constitución
favorece la gobernabilidad en cada país a partir de esas variables. Si con el
modelo mayoritario, que propende al dominio de la mayoría, o si es más adecuado
el modelo proporcional que amplía la participación en el gobierno.
Llega a la conclusión que para poder hacer
arreglos consociativos en una sociedad segmentada se precisa de dos requisitos:
1)
Que
estos arreglos consociativos surjan de un acuerdo entre las elites.
2)
Que
cuando estos arreglos bajen a la sociedad, sean aceptados, no tanto porque
comprendan lo que significa, sino porque bajan de sus líderes, de su autoridad.
A esta conclusión llegó haciéndose una
serie de preguntas:
¿Estos modelos de democracia son
coherentes, racionales? Si, todas las características se derivan de su
principio rector (dominio de la mayoría para uno, y la proporcionalidad que
amplía la participación en el gobierno, del otro modelo.)
¿Estos modelos de democracia tienen también
coherencia empírica? No en los grupos 2 y 3, pero sí en los grupos 1 y 4. Pero
se puede determinar que se puede combinar bien los elementos consociativos como
los de mayoría.
¿Ambos modelos de democracia, son factibles
de ser aplicados de la misma manera? Si para los mayoritarios y no para los
consociativos. Porque para una sociedad homogénea, cada una de las
características del modelo mayoritario son únicas en sus extremos lógicos
(bipartidismo son dos partidos, ni uno ni tres ni más). Pero en el de
consociación, los extremos lógicos son infinitos (el multipartidismo pueden ser
3, 5, 8, 10)
09/08
Lipset y Rokkan
Dos
variables influyen en la lógica de los partidos políticos y el régimen político
de cada país:
-
El
sistema de partidos
-
El
sistema electoral
Ambos
autores escriben influidos por tres corrientes de pensamiento hegemónicas de la
sociología de los ’50:
ü Funcionalismo:
sociedad como conjunto de funciones
ü Behaviorismo o
conductismo: las acciones sociales tienen un sentido mentado, por valores o
intereses. Para entender las sociedades hay que estudiar la conducta (Weber)
ü Teoría de la
modernización: se opuso al marxismo y estructuralismo en EEUU.
El
problema de investigación es como surgen en las sociedades modernas los
partidos políticos.
Lo
resumen en tres consideraciones importantes:
1) Cómo se originan en
las sociedades modernas los contrastes y subdivisiones sociales culturales. En
la sociedad estamental no son explícitos los conflictos sociales. El indicador
de modernización se da cuando los conflictos se hacen explícitos.
2) Cuáles son las
condiciones que tienen que haber para que estos conflictos den origen a un
sistema de divisiones estables. Como impedir que la revolución y modernización
no resulte en marxismo.
3) La movilización
social. Comportamiento de la masa de ciudadanos corrientes en los sistemas de
partidos resultantes.
Analizan doce sistemas políticos distintos,
la mayoría occidentales no comunistas. Incluyen una dimensión historicista. El
pasaje de la sociedad estamental a la modernización, las diferencias en los
procesos de formación de partidos y el carácter de las alternativas ofrecidas a
los electorados, antes y después de la ampliación del voto. Tratan de ver
primero cómo se dan los contrastes y divisiones en las sociedades estamentales
que terminan cristalizando subdivisiones culturales. Segundo, ven cómo se
cristalizan y quedan conformadas esas divisiones. Por último, ven cómo se llega
del campo sociocultural al político, a través de la conformación de partidos.
Los partidos políticos tienen doble
característica y función:
v Son agentes de
integración
v Son agentes de
conflicto
Por un lado, integra a los individuos en la
sociedad, pero también es mecanismo de conflictos, los individuos se meten en
un partido para pelearse con otros de otros partidos. Se disputan el poder.
Los sistemas de partidos son estables y
previsibles gracias a la integración. Los partidos han funcionado como agentes
de movilización y han ayudado a integrar comunidades en naciones con
federaciones. Tomando
la definición de Weber, diferencian la palabra partido en sistemas monolíticos
y en sistemas competitivos. El partido totalitario no compite con los demás
partidos pero aún así procura movilizar al pueblo contra algo –contra las
fuerzas conspiradoras dentro de la comunidad nacional o extranjeras-. Las
elecciones no tienen mucho sentido en los sistemas totalitarios, pero cumplen
con funciones legitimadoras. En la sociedad estamental, el partido es un
sinónimo de desintegración, de sedición, traición al monarca y al orden
establecido. A partir de la Revolución Francesa e Industrial, se introdujo
otra visión de partidos, como integrador social, político y territorial, parte
fundamental de la democracia. Ayuda a cristalizar los conflictos, éstos son tan
necesarios como la integración en la democracia. El partido político es un
instrumento por el cual los conflictos son canalizados y sean lo más ordenados
posibles. Representa intereses y valores, y, a partir del sistema electoral,
hace que esos valores e intereses pugnen para ser representados. Pero los
intereses de los partidos políticos que perdieron están garantizados de todos
modos. Los autores realizan un análisis del papel integrador de los conflictos
institucionalizados en los sistemas políticos (Fisuras Crítica). Estos
conflictos han ayudado a estabilizar la estructura de los Estados-Nación. A la
larga, los conflictos fortalecen el cuerpo político (Dialéctica
conflicto-integración).
Sobre el papel de integración, destacan
cuatro cosas:
1.
Los
partidos políticos son canales regulares para la expresión de conflictos e
integración
2.
Permiten
la igualación de los distintos puntos de vista
3.
Amplía
el sufragio y da representación a grupos excluidos. Da mayor nivel de
legitimidad.
4.
Hacen
que los conflictos manifiestos o latentes, se expresen en forma legal,
impidiendo que las clases superiores reaccionen de manera defensiva.
Definen al partido político como alianzas
en conflictos sobre políticas y fidelidades a valores dentro de un cuerpo
político amplio, el régimen democrático y la nación-Estado.
Ellos dicen que los partidos políticos
tienen dos funciones:
-
Expresiva:
los partidos políticos elaboran un discurso ideológico que expresan valores e
intereses
-
Instrumental:
en el conflicto por el poder, representan los valores e intereses en pugna de
los grupos sociales.
Lo que pretenden los autores, es conocer
cuándo un tipo de división destacará más que otro, qué clases de alianzas se
han producido y qué consecuencias ha tenido este conjunto de fuerzas en la
elaboración del consenso en el Estado nacional.
Analizan el sistema social de Parsons es un
conjunto de individuos que cumplen papeles y roles, esto trae aparejado
funciones sociales, y los subsistemas se interrelacionan, dando seis tipos de
relaciones. Este esquema tiene cuatro puntas o subsistemas:
1.
Economía: adaptativo Economía Política
2.
Política:
logro-objetivo
3.
Familia:
mantenimiento
4.
Público:
integrador Familia Público
Acá se forman los partidos en
democracia de masas
Relaciones:
*
Política-
economía: moviliza recursos
*
Economía-familia:
construye mercado
*
Familia-público:
establece lealtades, solidaridades y compromisos
*
Público-política:
apoyo político
*
Familia-política:
legitimación
*
Economía-público:
distribución de recursos o ingresos
Pero lo que les interesa de este modelo es
sólo la interrelación entre familia-público-política, porque ése consideran que
es el terreno de la política. Los intercambios entre Público y Política
interesan en cuanto fomentan el desarrollo de sistemas de partidos
competitivos, y los intercambios entre Público y Familias, en la medida en que
ayudan a establecer vínculos claros de pertenencia, identificación y
disposición a la movilización entre ciertos partidos y ciertas categorías de
sujetos y familias.
* En cuanto a la
relación familia-público, no les interesa todas las relaciones que son
múltiples (cuando se alistan en la iglesia) le importa en tanto y en cuanto
esos comportamientos influyen en la organización de los grupos en la puja de
poder.
* En cuanto a la
relación entre grupos y políticas, les interesa aquellas relaciones que
implican apoyo político explícito o implícito.
* En cuanto a la
relación entre familia y política, les interesa las elecciones.
De acuerdo al modelo parsoniano, proponen
examinar 4 cuestiones:
- Examinar la
estructura interna del cuadrante “Público” en una serie de comunidades
territoriales.
- Comparar
series de intercambios “Público-Política” para localizar las regularidades
en el proceso de formación de partidos.
- Estudiar las
consecuencias de estos fenómenos para los intercambios “Público-Familia”.
- Aplicar todos
los datos al análisis de los intercambios “Familia-Política” en el
funcionamiento de las elecciones y reclutamiento de representantes.
Estos procesos tienen lugar dentro del
Estado-nación, los partidos políticos cumplen entonces un papel importante, el
de legitimar y fortalecer el poder del Estado. Al cumplir con ese papel,
contribuyen a la creación de la burocracia e instituciones.
Tres fases del proceso de formación de la
nación:
1-
Reducción
a la unidad de Botana: el centro político se reduce, la centralización del
poder. Los esfuerzos de penetración y regularización que parten del centro
nacional aumentan las resistencias territoriales y plantean problemas de
identidad cultural.
2-
Una
vez que el Estado impone el poder, compone alianzas. Estas oposiciones locales
a la centralización producen una variedad de alianzas entre las comunidades de
una nación.
3-
Como
las alianzas logran influir sobre el poder político.
Poder central
Intereses Ideología
El conflicto se da, o por ideología en
contraposición por intereses, o se da entre poder central y poder local.
Depende de donde uno se pare, define la motivación del conflicto.
Poder local
De esto se deriva el origen de los
partidos. Una vez que se organizaron como grupos, los individuos hacen un
reclamo al Estado, para esto necesitan un nexo con lo político.
Un grupo de presión no siempre tiene apoyo
político para influir en las elites políticas. Para que un grupo o ciudadano
influya en la política tiene que organizarse en un partido político que de
legitimación mediante elecciones y apoyo político de los grupos
(gobernabilidad).
En este punto pasamos de lo sociocultural a
lo político.
Política central
En este rombo hay cuatro laterales y en el
medio hay relaciones de acuerdo y conflicto, los partidos políticos aparecen
como vehículos de esos acuerdos y conflictos.
Economía Integración o grupos
local
Los clivajes son el producto de los
conflictos, porque las familias y los grupos se alinean de un lado u otro del
conflicto, y los partidos políticos canalizan y ordenan el conflicto dando
representación en la política.
Hay dos momentos donde la sociedad sin
conflictos, o con conflictos implícitos, pasa a tener conflictos explícitos.
Con la Revolución
Nacional y la Revolución Industrial.
Cambia la sociedad de tal manera que hay que canalizar los conflictos. Con este
proceso de modernización aparecen cuatro clivajes socioculturales, que luego
van a tener un tinte político al influir sobre el Estado. Dos son producto de la Revolución Nacional ,
y dos de la
Revolución Industrial. Se fueron desarrollando desde el S.
XVIII y el S. XIX.
Cuatro
líneas de división críticas (Fisuras críticas):
Las
2 primeras son producto de la Revolución
Nacional :
- El conflicto
entre la cultura central que construye una nación y la resistencia
creciente de las poblaciones sometidas,
- El conflicto
entre el Estado-nación centralizante y los privilegios corporativos de la
iglesia
Las
otras dos son producto de la Revolución
Industrial :
- El conflicto
entre los intereses terratenientes y la clase emergente de empresarios
industriales y,
- El conflicto
entre propietarios por un lado y obreros por el otro.
Clivajes:
1) Política central –
Política local:
Cuando el Estado intenta avanzar sobre intereses locales e impone sus
condiciones. En este punto nace el Estado, centralización del poder, reducción
a la unidad. Esto produce un conflicto entre los que están a favor de los
órdenes y estamentos y los que están con el Estado.
2) Estado – Religión: Los sectores
conservadores se refugiaron en la Iglesia. La cuestión fundamental era
un problema, no sólo económico (recordar es status de la iglesia), sino moral,
de control de las normas de la comunidad. El enfrentamiento fundamental fue en
el área educativa. De este clivaje surgieron los partidos de defensa de la
religión que se convirtieron en amplios movimientos de masas. Con la ampliación
del sufragio adhirieron a estos movimientos una proporción elevada de miembros
religiosos practicantes de la clase obrera.
3) Ciudad – Campo: Producto de la
industrialización del Estado, se enfrentan los intereses rurales contra los
intereses industriales. La revolución industrial produjo divisiones profundas
entre los intereses agrarios y urbanos. Es, en esta fisura, donde aparecen los
partidos burgueses, urbanos. Si bien en este conflicto existe un fuerte
componente económico, lo que hizo tan profunda la división, fue la lucha por el
mantenimiento del estatus adquirido y el reconocimiento del éxito
4) Burguesía – Trabajadores:
Los
conflictos en el mercado de trabajo resultaron mucho más uniformemente
divisorios. Surgieron partidos obreros en todos los países de Europa a partir
de los primeros avances de la industrialización. Creación de sindicatos y
partidos socialistas en el ámbito nacional. El éxito de estos movimientos fue
dispar. Los autores diferencian el proceso europeo del norteamericano. Este
último los obreros pudieron incorporarse al sistema nacional con mucha
facilidad debido a la insistencia de igualdad, la mejor instrucción y, porque
los trabajadores podían alcanzar mejores posiciones porque nuevas oleadas de
inmigrantes asumían las tareas de los estatus mas bajos. Todo lo contrario
sucedía en Europa, donde los conflictos llevaron a varios países al borde de la
guerra civil. Cuando mayor era el número de ciudadanos atrapados en estas
oposiciones (disputas) mayor era el peligro de ruptura del cuerpo político. El
factor más importante para clamar los ánimos fue –luego de la 2da. Guerra
Mundial-, el asentamiento de los partidos obreros en estructuras de gobiernos
locales y nacionales y su consiguiente “domesticación” dentro del sistema
establecido.
Las 4 fisuras críticas descritas, eran
movimientos de protesta contra la elite nacional y sus pautas culturales, y
formaban parte de una amplia oleada de emancipación y movilización.
En Estados-nación plenamente movilizados se
producen otros tipos de alineamientos de protesta. El foco de protesta es ahora
contra las redes crecientes de nuevas elites, como los dirigentes de las muevas
y grandes burocracias de la industria y el gobierno, los jefes de
organizaciones de masas, etc. Surgimiento de grupos antisistema. El conflicto
ya no es entre las unidades territoriales que constituyen una nación sino entre
distintas concepciones de constitución y organización del estado nacional. Todos
estos movimientos han sido nacionalistas.
Estos cuatro clivajes deben ser canalizados
a través de los partidos políticos, que representan intereses y valores, y
desde el Estado, empujan para que se den los cambios. Sin conflicto no hay
Estado democrático, sino autoritarismo o sociedad estamental.
Condiciones para la canalización de la
oposición, condiciones para la expresión de protesta y la representación de
intereses en cada sociedad:
1. El conocimiento de
la tradición de toma de decisiones del Estado a través de la historia:
procedimientos de conciliación; normas establecidas para la solución de
agravios y protestas; las medidas adoptadas para controlar y proteger
asociaciones políticas; la libertad de comunicación y la organización de
manifestaciones.
2. Canales para la
expresión y movilización de protesta: Si existe un sistema de representación;
hasta que punto son accesibles los representantes; quien tiene derecho a
elegirlos; como se eligen; las protestas se expresan a través de huelgas,
sabotajes o violencia, si hay elecciones, etc.
3. Las oportunidades,
resultados y los costes de las alianzas en el sistema: Los movimientos
se mostraban reacios o dispuestos a ensanchar sus bases de apoyo? Hasta que
punto es difícil o fácil que nuevos movimientos obtengan representación?
4. Las posibilidades,
las consecuencias y las limitaciones del gobierno de la mayoría en el sistema: ¿Qué tipo de
alianzas producirán el control por parte de la mayoría de los órganos de
representación y qué grado de influencia podrían ejercer de hecho esas mayorías
en la estructuración básica de las instituciones y las distribuciones dentro
del sistema.
Una vez que se arma un partido hay que
llevarlo al poder, para evitar esto la elite dirigente pone umbrales, o
barreras. Movilización de sectores
asociado a 4 umbrales. 4 líneas por las que atraviesan los sectores que
pretenden plantear exigencias dentro de un sistema político:
- Legitimidad: Asociado a la legitimidad de las prácticas democráticas ¿hasta qué
punto se acepta el discurso? ¿El conflicto de intereses? ¿Hay posibilidad
de expresar estas diferencias sociales en términos políticos?
Umbral ALTO: Cuando no se permite - Umbral BAJO:
Cuando si se permite
- Representación: La medida en que los nuevos sectores movilizados pueden u obtienen
representación por sí solos, o tienen que incorporarse a otros partidos.
Umbral ALTO: Sistema electoral de tipo mayoritario.
Sistemas de 2 partidos que generan sobre representación de la mayoría. - Umbral
BAJO: Sistemas proporcionales.
3.
Incorporación: ¿Hasta qué punto las diferencias se consideran
como experiencias a ser canalizadas? Políticas públicas. (si gano me dan
un espacio de poder o hay fraude?)
Umbral ALTO: Cuando no se incorporan los intereses
divergentes. - Umbral BAJO: Cuando si se incorporan los intereses divergentes.
- Apoyo Mayoritario: Existencia de frenos y contrapesos para quien haya sido elegido para
ocupar el cargo principal. Si quien accede al poder tiene la capacidad de
modificar la estructura preexistente. Se asocia con la diferencia entre
parlamentarismo y presidencialismo. (cuando dejan ganar, o sea
cuando aceptan que ha ganado)
Umbral ALTO: Presidencialismo. - Umbral MEDIO /
BAJO: Parlamentarismo.
Contribuyen a la tipología de partidos a
partir de estos cuatro umbrales. Si tiene elevados umbrales en todos, es un
sistema autocrático, no es competitivo. Por el contrario, si va bajando los
umbrales se va haciendo más competitivo.
Lijphart – Partidos
Políticos
En el modelo de democracia mayoritario, la
competencia y diferencias de partidos giran en torno a la dimensión de
conflicto o clivaje socio-económico de izquierda a derecha.
Mientras que en el modelo consociativo hay más
de un clivaje, porque los conflictos se dan en un espacio multidimensional.
Cuando una sociedad tiene un sistema político de mayorías, hay un solo clivaje,
producido por la
Revolución Industrial , la sociedad es homogénea. Cuando una
sociedad tiene más de un clivaje, los de la Revolución Nacional
que no fueron superados, es una sociedad heterogénea, hay falta de consenso.
En la democracia de mayorías, a diferencia
de la heterogénea o de consenso, al estar ubicados a uno u otro lado de la
dimensión socio-económica, el centro no está ocupado, se ocupa con partidos.
Hay cuatro indicadores para saber si se
está de izquierda o de derecha:
1)
Propiedad
estatal o privada de los medios de producción
a. A favor de la
propiedad estatal-> de izquierda
b. A favor de la
propiedad privada-> de derecha
c. Propiedad estatal
con intervención de lo privado-> centro izquierda
d. Propiedad privada
con intervención estatal-> centro derecha
2)
Grado
de intervencionismo económico del Estado
3)
Postura
ante la distribución de la riqueza
a. Si los recursos los
asigna el mercado-> derecha
b. Si los recursos los
asigna el mercado, con intervención estatal-> liberal centro derecha
c. Si los recursos los
asigna el Estado-> izquierda
d. Si los recursos los
asigna el Estado, con intervención privada-> centro izquierda
4)
Alcance
de los programas de seguridad nacional
En la sociedad heterogénea, los conflictos pueden
ser entre Iglesia-Estado, étnico-cultural, urbano-rural, apoyo al régimen,
política exterior. Se preguntan qué importancia relativa tiene cada una de
estas dimensiones. Opinan que en una sociedad moderna homogénea lo más
importante es lo socio-económico. El que le sigue más importante es el
religioso. En las sociedades heterogéneas esto es más difícil, la religión
resulta la más importante. Pero la mayoría vota según interés.
Se puede medir el peso de las dos
dimensiones de dos maneras:
-
Por
el peso electoral
-
Por
el apoyo político
¿Hay relación entre las dimensiones y la
cantidad de partidos?
Una variable => dos partidos
Más variables => más partidos: como una
de las funciones de los partidos es representar, cuanto más divisiones, más
partidos. Pero esto afecta la gobernabilidad en una sociedad de consenso.
Valenzuela
Caso Chile
Pone a prueba las teorías de Duverger,
sobre partidos políticos, la de Sartori y la de Lipset y Rokkan. El texto
apunta a dos temas centrales:
1)
Qué
régimen político es el mejor para una salida del régimen militar: el sistema
parlamentario (igual que Lipset), que copie a las democracias de Europa
Occidental.
2)
La
política chilena tiene una fuerte tendencia a la polarización ideológica,
característica que la diferencia del resto del continente, polarizaciones que
tienen otra fuente, la tradicional izquierda-derecha, la primera de origen
marxista y la segunda de origen conservador, como lo es en Europa. Por esto,
para Valenzuela, Chile debiera aplicar el sistema parlamentario.
Chile es un sistema marcadamente
presidencialista, que convive con un sistema de partidos polarizados, de
izquierda a derecha. Valenzuela opina que el parlamentarismo haría menguar las
diferencias ideológicas entre ambos, y las haría más pragmáticas.
Los partidos chilenos nacen de lo que
Lipset y Rokkan llaman clivajes:
-
Centro-periferia
-
Iglesia-Estado
-
Propietarios-trabajadores
Chile tiene una historia política que
encaja muy bien a las características de Lipset y Rokkan, y responden a la
lógica de esos tres clivajes. El sistema de partidos tiene la característica de
ser pluralismo polarizado. Todos los partidos tienen una clientela leal que
sirve a sus propósitos, y orgánica. Los partidos están fuertemente organizados,
disciplinados e ideologizados. A pesar de ello, son partidos pluriclasistas,
con enorme flexibilidad, altamente competitivos. El sistema político chileno,
para Valenzuela, es muy fraccionado, tiene varios partidos relevantes. También
hay polarización, una izquierda y una derecha claramente definida. Pero hay un
centro posicional pragmático que de cierto modo modera la polarización, contrabalanceando
los extremos, y hace que la competencia sea centrípeta.
Valenzuela se pregunta si en adelante, esto
va a seguir actuando así, o si con Pinochet va a haber un sistema de partidos
distinto.
23/08
MAINWARING
Los partidos políticos recibieron escasa atención por
parte de los académicos que escribían acerca de América Latina por tres
razones:
1-
Poderes ejecutivos
fuertes y la debilidad de la mayoría de los congresos llevaron a una situación
en la cual los partidos políticos quedaron eclipsados por la personalidad de un
líder poderoso
2-
Dentro de un contexto
de un severo autoritarismo, la influencia de los partidos políticos se vio
seriamente limitada.
3-
El periodo mencionado
(60-80) fue testigo del ascenso de
modelos analíticos que otorgaron escasa importancia a las instituciones
políticas. Los análisis políticos gravitaron en torno a los regimenes
militares.
Desde lo últimos años, las corrientes políticas e
intelectuales han cambiado, y los partidos recibieron más atención académica.
Es que la mayoría de los países latinoamericanos sufrieron transiciones hacia la democracia. Los
partidos volvieron a ser los actores importantes.
Brasil
Los partidos políticos brasileños han sido actores
relativamente secundarios dentro del sistema político. Ninguno de los cuatro
partidos más importantes existía antes de 1966. Y solo uno de aquel entonces,
continúa existiendo.
Los partidos de Brasil se destacan por su carácter
gelatinoso, han sido muy dependientes del Estado. La teoría liberal supone
ampliamente que los partidos son las expresiones de la sociedad civil,
organizadas para representar sus intereses dentro del Estado. En Brasil los
partidos han sido más a menudo creaciones del Estado. Por cuanto prevalecían
los clivajes regionales y familiares. Presentan la contrapartida al caso de
Chile. Aparece como un caso extraordinario de subdesarrollo partidario. Las
perspectivas democráticas aparecen confusas al analizar sus instituciones políticas.
Ya en 1930 existían en Argentina, Chile y Uruguay
partidos bien establecidos, no ocurría lo mismo con Brasil.
Hasta el final del Estado Novo (1945), los lideres del
Estado y los miembros de las oligarquías regionales deliberadamente trabajan en
contra de la creación de partidos políticos fuertes y nacionales, porque tales
partidos hubieran limitado su autonomía y su poder. Lo que no entendemos a
simple vista es porque entre 1946 y 1964, cuando Brasil tenía un régimen
político que era mayormente democrático, los partidos siguieron siendo
secundarios.
El problema deriva sobre todo de la relación entre los
partidos y el Estado. La existencia de una estructura estatal centralizada
anterior a la aparición de un sistema partidario constituye en si misma, una
dificultad para la institucionalización del sistema. La manera en la cual el
sistema político de los 30’
institucionalizó el poder, condicionó la evolución futura de los partidos.
Históricamente, Brasil tuvo agudas divisiones regionales que hicieron difícil
para el Estado federal ejercer un control firme sobre el vasto territorio
nacional. En los años treinta, la burocracia se consolidó en un sistema con
fuertes rasgos corporativistas, y el gobierno central estableció su poder con
tendencias regionales centrifugas.
Otros autores sostienen que la comprensión que Schumpeter
tiene de los partidos es más exacta cuando se la aplica al caso brasileño. En
el periodo posterior a 1946 existieron tres factores que incidieron contra la
evolución de los partidos:
1-
El poder estaba
centralizado en el estado federal
2-
la consecución de
excesiva clientela impidió la articulación de intereses de clase o de grupos,
debilitando el carácter representativo de los partidos.
3-
Los políticos
profesionales se comprometieron en prácticas que maximizaban la flexibilidad
individual y minimizaban la fuerza de los partidos.
Otros hablan de la fragmentación del sistema partidario
fijándose en el proceso del PSD, que socavo el centro político y lo convirtió
en un pluralismo polarizado.
En Brasil, Chile y Argentina, uno de los partidos
mayoritarios alentó los golpes que llevaron a la desaparición de la democracia.
Brasil presenta un caso excepcional: durante el periodo
de régimen militar, los partidos funcionaron legalmente. Esto genera dos
Comentarios:
1-
que los partidos
constituían una fachada
2-
los partidos eran
mucho más maleables
Digamos que el régimen autoritario era un Hibrido, que
incorporaba rasgos democráticos. Los partidos políticos deben ser capitales
para establecer un sistema que tenga credibilidad democrática, sustentan ideas
y políticas. Cuando los partidos son débiles, se socava esta clase de elección
entre ideas y políticas. Se pasa a elegir entre líderes en particular.
Por esta razón, la creación de partidos políticos que compiten entre si y
ofrezcan distintas alternativas es una tarea primordial si la democracia
brasileña quiere ser consolidada.
En Brasil, antes de proporcionar derechos a las masas,
los políticos intentaron conseguir su apoyo proporcionando favores personales.
Es que todavía están presentes las políticas tradicionales. Así, unos de los
problemas principales del desarrollo partidario comprenden la respuesta a las
demandas populares. El PT fue un partido de crecimiento excepcional a la regla
de Brasil. Pero está es dificultades para seguir creciendo, el partido posee
menos ideología que una propuesta ética.
Argentina
Ha disfrutado de un rápido crecimiento económico y una
estabilidad política hasta 1930. Desde entonces, ha experimentado una
inestabilidad política crónica. La destrucción económica y las atrocidades a
los derechos humanos cometidos durante el PRN son solo la culminación de un
proceso.
A partir de 1946, ha tenido dos partidos mayoritarios, el
Radical y el Peronista. A contrario con Brasil, la identificación partidaria es
fuerte. Sin embargo, como en Brasil los partidos no fueron instrumento eficaces
para expresar y canalizar las demandas políticas. Porque la sociedad civil es
pretoriana, los cuerpos corporativista desempeñaron un papel primordial. Entre
1930 y 1943 el desarrollo de los partidos quedó en suspenso, mientras la
industrialización y la urbanización tendieron las bases para el rápido
surgimiento de una política de masas, cuando Perón entro en escena. Quien
afecto el desarrollo de los partidos políticos, al promover su estilo
autoritario y el culto al líder, fue mas un movimiento que un partido,
impidiendo la institucionalización de los partidos. Mientras los Radicales
recurrieron a interminables conspiraciones y alianzas con las FFAA para
derrocar a Perón y luego para mantenerlo
alejado del poder.
Durante el régimen militar, los do partidos opositores
han trabajado para juntos derrocarlo, pero los partidos no maduraron
suficientemente. No pudo, aún, llenar el vacío que dejó Perón.
Si bien corrientes de ambos partidos claramente
favorables a la Renovación y el Cambio
tomaron las riendas de los dos partidos, ninguno ha formulado una propuesta que
tome en cuenta las repercusiones políticas que tiene la crisis económica.
Chile
El sistema político chileno y su sistema partidario
fueron durante mucho tiempo únicos en América Latina, y el carácter diferente
de su sistema político se debió en gran parte al carácter singular de sus
partidos y su sistema partidario. Valenzuela dice, “los partidos fueron la
fuerza política determinante para forjar las instituciones democráticas de la
nación, así como también importantes actores en periodos de inestabilidad
política”
Los partidos políticos se destacaron por su alcance
nacional, sus marcadas ideologías y el papel central que desempeñaron en le
sistema político. En chile, la legislatura se volvió el principal escenario
donde se dirimían los conflictos. Para Valenzuela, los rasgos iniciales del
sistema partidario fueron esenciales. El temprano establecimiento de un sistema
político centrado en torno al parlamento y los partidos permitió la posterior
incorporación de partidos que representaban a las clases trabajadoras. El
sistema partidario poco cambio, la mayor excepción a esa pauta fue la aparición
de PDC, quien desplazó al PR que era más pragmático y menos ideológico,
convirtiéndose en una importantes fuerza desestabilizadora para el sistema.
Los partidos eran fuertes, canalizaban efectivamente las
demandas de los actores políticos y fueron incapaces de mantener la democracia. En el
caso chileno la fuerza que poseían los partidos contribuyo a la desaparición de
la democracia. En
el caso chileno la fuerza que poseían los partidos contribuyo a la desaparición
de la democracia, por que fueron incapaces de actuar moderadamente. Así como en
Brasil los partidos son tan débiles que no pueden representar a la sociedad
civil, en Chile son tan fuetes que pueden ser intransigentes erosionando los
espacios de moderación y compromiso.
Uruguay
Su experiencia política también representa un caso excepcional.
Notablemente homogéneo, sin grandes diferencias étnicas, tuvo hasta 1973 una de
las democracias mas antiguas y mejor establecidas en la región. Los dos
partidos principales (blanco y colorado) son tan antiguos como el país.
Sobrevivieron porque cambiaron de contenido, se adaptaron, no tienen mucha
diferencia ideológica. Tuvieron históricamente, alto grado de divisiones
internas. Eran parecidos a lo partidos chilenos, pero en otros aspectos estaban
poco desarrollados, funcionaban poco fuera de los periodos electorales, tenían
una coherencia ideológica limitada. Se parece en chile en cuanto a una
democracia bien establecida, con un
sistema partidario institucionalizado que quebró en 1973. Es diferente a Chile
por cuanto los líderes partidarios no son directamente responsables de la ruptura. La naturaleza
de ambos partidos y los profundos problemas que ambos tuvieron en
conceptualizar nuevos modelos de desarrollo contribuyeron a la ruptura. El carácter
tradicional dio una gran continuidad a sus líderes, pero esa continuidad los
volvió incapaces de responder a la crisis de los 50’ en adelante. El sistema
electoral con su voto doble, alentó la fractura interna de los partidos.
Estudios comparativos
La relación entre estado y los partidos, muestra que en
dos países (Uruguay y chile), los partidos desempeñaron un papel preponderante
en las mediaciones políticas. Con la diferencia que en el primer caso son
amorfos, sin diferencias relevantes.
Argentina, sindicatos y FFAA. En Brasil, además la
sociedad civil es débil. Y la política ha quedado limitada a la lucha de
elites.
30/08
Lijphart capítulo 9
Dentro del conjunto de instituciones, el
sistema de partidos y el sistema electoral son componentes importantes.
Los sistemas electorales generalmente se
confunden con uno de sus componentes: la fórmula electoral, pero el sistema
electoral está compuesto por siete componentes:
1) La fórmula electoral. Las más vigentes son tres. En
realidad se aboca a la fórmula electoral de los 24 países que estudia.
a.
Fórmula de mayoría
b.
Fórmula semiproporcional
c.
Fórmula de representación proporcional
Las fórmulas electorales están vinculadas
con la representatividad política. Los que defienden a) consideran que esta
fórmula asegura la gobernabilidad, pero el costo es que estas fórmulas no son
representativas. En cambio, los que defienden c) son más representativas, pero
su debilidad es que a veces dispersan tanto el poder que la gobernabilidad
queda resentida. Ningún sistema electoral es inocente, se debaten en fórmulas
teóricas pero los actores no confiesan sus verdaderas intensiones, llevar votos
para ellos. Tratan de modificar la fórmula electoral para favorecer los votos
que puedan ganar.
*
La
fórmula
de mayoría tiene el propósito, y está pensada para darle un gobierno
eficiente a la mayoría en desmedro de la representatividad. Hay tres fórmulas
de mayoría:
1.
Mayoría relativa: el partido que
gana la banca (EEUU, Canadá, NZ, GB)
2.
Mayoría/mayoría: el ballotage,
mayoría especial. Si no gana con el 50% hay ballotage. (Francia V)
3.
Voto alternativo: aparenta ser más
proporcional, es una variante. (Australia)
*
La
fórmula
semiproporcional, el voto
personal no transparente es más proporcional que el sistema inglés, donde el
que gana (uno solo) se lleva la banca. A medida que gana votos, se los ordena
de mayor a menor, y los cuatro primeros llevan bancas. (Japón)
*
La
fórmula
proporcional tiene dos variantes:
1.
Sistema de lista: es el más
generalizado, el que adopta nuestro país (lista sábana). Se reparten las bancas
a través de la fórmula matemática, cada partido nomina las bancas que gana. Uno
vota una lista encabezada por una persona, pero no sabe el resto de los
integrantes de la misma. (Alemania, Austria, Bélgica
2.
Voto personal
transferible:
es muy elogiado porque le deja al elector más libertad para elegir el
candidato. Este le permite al elector intervenir de una manera más clara en
cuáles son sus candidatos preferidos. (Irlanda)
2) La magnitud del distrito o tamaño de la circunscripción: número de bancas
que se disputan. La más pequeña es uninominal
(EEUU, Canadá, Reino Unido, Nueva Zelanda, Israel, Países Bajos). Cuando se
disputa más de una banca, va aumentando el tamaño de la circunscripción. Cuanto
más grande, más proporcional, y viceversa. La fórmula electoral por sí sola no
es proporcional, sino que depende del tamaño del distrito. El sistema
uninominal fabrica mayorías artificiales de un solo partido, ya que alcanza la
mayoría con un 30% o 40% de votos. Cuando el sistema es binominal (Chile), para que se lleven las dos bancas, se tiene que
sacar el 50% de los votos, y si saca menos, se lleva sólo una, y el segundo se
lleva la otra, propicia un bipartidismo.
3) Previsión de escaños suplementarios: es una variante
que introducen algunos países donde se reservan bancas para que no queden
afuera algunas minorías étnicas por ejemplo. También se utiliza para corregir
el desvío de proporcionalidad, cuando una elección no resulta ser proporcional.
(Austria, Dinamarca, Islandia, Suecia)
4) Premio a la mayoría: en algunos países, en ciertas
situaciones, se da este caso que consiste en que cuando la proporcionalidad es
empatada, la mayoría tiene un premio. Entre Ríos combina una fórmula
proporcional con premio a la mayoría. Éste, con los otros elementos, altera los
resultados.
5) Umbral electoral: hace a la configuración electoral. Es lo
mínimo que tiene que sacar en votos un partido para entrar en el reparto de las
bancas. En Argentina hay un umbral del 3% para diputados. Si el umbral es alto,
disminuye la proporcionalidad y viceversa. El umbral más alto lo tiene Alemania
y Suecia. Bélgica e Israel no tienen umbral.
6) Fórmula aritmética: mediante la cual se convierten los
votos en bancas. Predomina a fórmula de D’Hondt. El promedio aritmético simple
es otro método.
7) La boleta electoral: La boleta única favorece el voto
por persona, porque uno tacha a quien quiere votar. El corte de boleta también
determina la elección y asignación de bancas.
Estos elementos, junto con la fórmula
electoral fortifican o desvirtúan la elección.
Todo sistema
electoral, sea con intención mayoritaria o proporcional, nunca alcanza a ser
proporcional porque todo depende de la combinación de los elementos del mismo
sistema electoral.
Todo sistema
electoral, de mayor a menor, fabrica mayorías. Los sistemas mayoritarios
favorecen a las mayorías, pero los proporcionales también pueden dejar afuera a
la minoría porque según como se combinen cada uno de los otros elementos, puede
que favorezca a la mayoría.
Sartori
El impacto más importante del sistema
electoral es sobre el sistema de partidos. Este impacto forma parte de un
debate sobre la manera en la que impacta. Duverger analizó esto y descubrió una
ley “sociológica” en relación a un sistema electoral y el sistema de partidos,
estableciendo leyes.
Ley 1: Un sistema
electoral mayoritario propende a la configuración de un sistema bipartidista.
Ley 2: Un sistema
electoral proporcional propende a la configuración de un sistema
multipartidista. Cuanto más fragmentado está el sistema electoral, más partidos
vamos a encontrar.
Estas leyes han sido objeto de muchas
críticas. Algunos dicen que esa relación causal que establece es falsa y otros
que ellas se verifican.
Lijphart al clasificar los países según su
sistema electoral, analiza cuál es el sistema de partidos y encuentra que hay
casi una relación perfecta con las leyes de Duverger, en 22 de esos países hay
una correlación entre sistema electoral y sistema de partidos.
Sartori retoma este debate y llega a las
siguientes conclusiones, ya que considera que están mal planteadas. Dice que
Duverger comete un primer error causal, ya que establece una lógica de
causalidad determinista, cuando en realidad es probabilística (hay casos a
favor y en contra) El segundo tipo de error, es el de la lógica de las
condiciones. Sartori plantea que hay
condiciones suficientes y necesarias. Un tercer error en el que incurre es el
teórico-metodológico, ya que Duverger no establece las reglas para contar un
partido. El cuarto error o crítica, es teórico-empírico, si el sistema
electoral influye en el sistema político, esa influencia no es directa, si la
hubiese, es indirecta porque donde realmente el sistema electoral influye es
sobre el votante (variable dependiente), el elector, y a través de éste luego
va a influir en el sistema político.
Porque todo sistema electoral manipula al elector, lo condiciona y
pierde márgenes de libertad. La quinta corrección es que para que un sistema
mayoritario como el de GB, pueda, a través del elector al que manipula, reducir
a dos la número de partidos primero tiene que dar la condición de que esos dos
partidos, antes del sistema electoral, obtengan la preferencia de todo el
electorado en todos los distritos a nivel nacional, porque si la preferencia de
los electores varía de distrito en distrito, no hay fórmula mayoritaria que
pueda fabricar mayorías.
Para que un sistema electoral (variable
independiente) a través del elector pueda influir en el sistema de partidos es
condición necesaria que el sistema de
partidos esté estructurado, segunda variable dependiente.
Para que un sistema mayoritario pueda
reducir a dos los partidos, éstos tienen que encabezar la preferencia del
electorado, introduce la tercer variable, dispersión inter-circunscripción, que
la preferencia esté dispersa.
El efecto o influencia directa de los
sistemas electorales recae sobre el elector, e indirectamente sobre el sistema
de partidos. Un sistema electoral es fuerte
cuando condiciona fuertemente al elector, es débil (proporcional) cuanto menos lo condicione. También hay casos
intermedios. Los sistemas electorales mayoritarios son fuertes, además tienen
un efecto reductor, reducen el número de partidos. Pero sostiene, a diferencia
de Duverger, que los sistemas proporcionales pueden ser reductores por sus
componentes no proporcionales.
Del mismo modo, los sistemas de partidos
pueden diferenciarse según estén estructurados o no estructurados. Es
estructurado cuando el elector vota por ideología, no en función a una persona,
cuando está compuesto por partidos de masas.
A partir de esto, elabora reglas:
Regla 1: Un sistema uninominal mayoritario
no genera por si mismo un sistema bipartidista, pero, si existe, ayuda a
mantenerlo a nivel nacional.
Regla 2: Un sistema uninominal a largo
plazo lleva al bipartidismo bajo dos condiciones:
- Sistema de partidos
estructurado
- Dispersión inter-circunscripción
pareja a nivel nacional
Regla 3: Por el contrario, no se da la
regla dos donde hay concentraciones relevantes, pero si es reductor donde estas
concentraciones irreductibles no se dan.
Regla 4: Los sistemas proporcionales tienen
efectos reductores por su no proporcionalidad. Cuando el sistema electoral es
muy proporcional, no tiene ningún efecto porque manipula poco al elector.
Efectos combinados de los sistemas
electorales y de partidos:
Sistema
electoral
Sistema de partidos
|
Fuerte
|
Débil
|
Fuerte
|
I
Efecto reductor
del sistema electoral
|
II
Efecto de bloqueo- reequilibrante del
sistema partidista
|
Débil
|
III
Efecto reductor
de bloqueo a nivel de colegio
|
IV
Ningún efecto
|
I. Cuando se da un
sistema de partidos estructurado (fuerte), y un sistema electoral fuerte, el
sistema electoral tiene un efecto reductor muy fuerte, condiciona al sistema de
partidos. (EEUU, Inglaterra, Canadá, Nueva Zelanda, Australia)
II. Cuando se da un
sistema de partidos estructurado y un sistema electoral débil (ya sea porque es
proporcional o porque no condiciona al electorado), la fuerza canalizadora del
sistema partidista hace de contrapeso a la debilidad manipulativa del sistema
electoral. Se produce el efecto de bloqueo o efecto reequilibrador dado por el
sistema bipartidista. Demuestra como la introducción de un sistema proporcional
no es seguido necesariamente del incremento del número de partidos. (Austria,
Malta)
III. Cuando no hay
sistema de partidos estructurado pero hay un fuerte sistema electoral
(uninominal), produce efectos únicamente colegio por colegio, a nivel de
circunscripción. Por lo tanto, el sistema electoral no puede reducir el número
de los partidos a nivel nacional, pero si a nivel local. Los sistemas
electorales fuertes constituyen una condición que obstaculiza los desarrollos
del pluralismo extremo y, por el contrario, son una condición que favorece a
los sistemas de pluralismo moderado. (India y la mayoría de los países de
Europa continental del siglo XIX)
IV. No produce ningún
efecto porque ambos factores influyentes son demasiado débiles para producir
efectos de reducción.
Las reglas que se definen como verdaderas y
propias leyes en cuanto que se formulan en clave de condiciones necesarias y
suficientes. El sistema electoral será considerado como una condición
suficiente, si bien no exclusiva. En cuanto a las condiciones necesarias, éstas
son a) estructuración del sistema partidista, b) la distribución de las
opiniones (preferencias de los electores) a través de los colegios, la
dispersión inter-circunscripciones difusa. En base a estas premisas, desarrolla
las leyes:
Ley 1: Dadas unas estructuraciones de
sistema de partidos y unas dispersiones inter-circunscripciones (como
condiciones conjuntas necesarias), un sistema uninominal causa (condición suficiente)
de un formato bipartidista. (Austria)
Ley 1.1: Alternativamente, una
estructuración de sistema de partidos fuerte, es por sí misma, condición
necesaria y suficiente para un formato bipartidista.
Ley 2: Dada una estructuración del
sistema de partidos, pero no una dispersión inter-circunscripciones, un sistema
uninominal causa (condición suficiente) la eliminación de los partidos
intra-mayoritarios (concentraciones relevantes). (Inglaterra, Canadá, Australia)
Ley 3: Dada una estructuración del sistema
de partidos, los sistemas de representación proporcional consiguen efectos
reductivos causados (a título de condición suficiente) por su
no-proporcionalidad. Por lo tanto, cuanto mayor sea la impureza del sistema
proporcional, tanto más alto será el coste de acceso que resulta para los
partidos menores, y tanto más sensible su efecto reductor, y viceversa.
(Grecia, Alemania, Turquía, Irlanda –sus distritos son pequeños– , Japón)
Ley 3.1.: Alternativamente, una
estructuración del sistema de partidos particularmente fuerte es, por sí misma,
condición necesaria y suficiente para mantener casi cualquier formato
partidista que fuera anterior a la introducción del sistema proporcional.
Ley 4: En ausencia de una estructuración
del sistema de partidos, y dada una representación proporcional pura que se
traduce en iguales costes de entrada para todos, entonces los partidos son
libres para convertirse en tantos como permita el cociente.
06/09
S.E. Finer
El Sistema de adversarios
En pocas palabras, el sistema de
adversarios es un combate o encuentro entre dos rivales en beneficio del
público. A partir, sobre todo, de 1945, la vida pública británica se ha
comportado en forma similar con dos equipos de políticos en abierta
competencia, en forma de una polémica continua en la Cámara de los Comunes donde
una oposición sin poder se enfrenta a un gobierno todo poderoso con la
esperanza de obtener un veredicto favorable en las siguientes elecciones.
El sistema bipartidista británico
constituye lo que se conoce como “juego de suma 0”: en este sistema el ganador
se lleva todo.
Pero este sistema electoral no
solo coloca a un partido a cargo del gobierno e impide cualquier participación
en la toma de decisiones: garantiza también que el equipo ministerial y resto
de los miembros del mismo partido en el parlamento se mantengan unidos, de lo
contrario su división favorecería al partido opositor de cara a las próximas
elecciones.
El sistema electoral
El sistema británico en esta materia
es tal que aquel candidato que obtiene el mayor número de votos por pequeña que
sea la fracción frente a los que le siguen en la circunscripción uninominal,
logra es escaño. Es lo que se llama “sistema plural de mayoría simple
uninominal”.
El que los partidos se alternen
en el poder se debe precisamente a este sistema, unido a un rasgo muy
particular: la forma en que los votos a favor de tal o cual partido se
distribuyen entre las 650 circunscripciones.
Lo que este sistema ha producido
es que sea dos, y sólo dos, los partidos que de él se benefician.
Este sistema plural produce
cuatro resultados principales:
1.
Discrimina
a aquellos partidos cuyo electorado se halla más o menos distribuido
proporcionalmente entre las circunscripciones, de tal suerte que, a pesar de
reunir casi un quinto de la votación total, se encuentra siempre en las
circunscripciones muy por debajo de los partidos principales.
2.
En
la medida en que las elecciones tienden a ser disputadas casi exclusivamente
por los dos partidos más grandes, el sistema plural trae como consecuencia el
exagerar la representación en términos de escaños en favor del partido
triunfador en comparación con el porcentaje que obtiene en la votación total.
3.
Un
pequeño cambio en la dirección de los votos produce como resultado de la misma
desproporción de sufragios logrados y escaños conquistados, la salida del
partido del gobierno y su substitución por el oponente.
4.
Este
sistema premia y fomenta la solidaridad dentro del partido. Ya que una nueva
posición dentro de un bipartidismo tan marcado implicaría perder
automáticamente la elección.
Algunas precisiones:
·
Las
consecuencias dependen de la intrascendencia de un tercer partido de alcance
nacional.
·
Cualquier
correspondencia que uno pueda suponer para la relación entre votos y escaños se
altera cuando los votos de un partido se concentran fuertemente en determinada
región.
¿Por qué es perjudicial?
1.
El
gobierno se encuentra presionado por los extremistas de ambos lados que militan
en sus filas. Una vez en el poder, cada partido tiene que llegar a un acuerdo
con sus alas de izquierda y de derecha a fin de hacer frente a la oposición.
2.
Estas
líneas centristas de los gobiernos que se alternan en el poder jamás han sido
apoyadas por la mayoría del electorado.
3.
Las
políticas de centro izquierda del partido A se encabalgan con las políticas de
centro derecha del partido B de tal forma que se exagera la discontinuidad en
las políticas nacionales a largo tiempo.
4.
Los
cambios y modificaciones en la legislación del gobierno pocas veces se deciden
en el recinto parlamentario.
5.
Este
sistema genera incertidumbre. No se pueden predecir los resultados dado su
naturaleza.
Reforma
electoral
1.
Para
que un gobierno reclame un mandato para llevar adelante su política, debe ser
elegido por la mitad de los electores como mínimo.
2.
El
parlamento como cuerpo debe tener más libertad y poder para modificar la
legislación
3.
Las
políticas públicas deben desarrollarse paulatinamente y con continuidad a menos
que sea rechazado por más de la mitad de los electores.
La representación proporcional no
solucionaría el problema pero los matizaría:
·
El
patronazgo de los ministros se rotaría entre más partidos
·
Con
la entrada y salida de nuevos partidos se lograría un mayor conocimiento de la
forma en los departamentos trabajan.
·
Crea
las condiciones para hacer más poderosa a la Oposición y a la Cámara de los Comunes.
13/09
Bodemer y Robert
Estudios de casos: Alemania
Después de la guerra, el lado occidental
queda con el nombre República Federal Alemana de Occidente, en términos de
Lowenstein, es un parlamentarismo moderado. Sartori lo denomina régimen de
canciller, primero sobre las partes. El canciller tiene predominio, aunque está
atenuado porque hay coaliciones partidarias en el parlamento. El sistema de
partidos de Alemania, según Sartori, es un multipartidismo moderado.
Originalmente, la
República Federal Alemana (o de Bonn) tenía 17 partidos hacia
1948. Luego, a partir del sistema electoral y de otra característica, este
sistema multipartidista extremo se fue reduciendo y, llegando hacia el ‘55/’56,
adquiere formato de tres partidos: Partido Demócrata Cristiano (PDC), Partido
Socialdemócrata (PSD) y Partido Liberal (PL). El resultado son gobiernos de
coalición. Este sistema se combinó con dos dimensiones en pugna que cambia la
dimensión de partidos.
-
Alrededor
del conflicto socioeconómico: alineó al PDC con PL por afinidad ideológica,
frente al PSD.
-
Alrededor
del conflicto tradicional religioso-laico: alineó al PL con el PSD frente al
PDC.
Durante mucho tiempo, el formato permaneció
de tres partidos hasta que en el año 1979 aparece el Partido Verde, que
apareció originariamente como ONG, como grupo de presión. Recién en 1983 logra
colocar diputados en el parlamento federal. Al hacer esto, adquieren potencial
de coalición, con éste modifican las dimensiones en pugna.
-
Un
tercer conflicto se da entre economía-ecología: tiene mucha importancia porque
los verdes adhieren al PSD, pero el valor superior de éstos es el económico,
por lo que a veces discrepan entre ellos, contra el PDC y PL.
-
Agregan
también, al adquirir potencial de coalición, un cuarto conflicto político,
donde hay más cercanía entre el Partido Verde y el PSD por un lado, y el PDC y
PL por el otro.
Se convirtió en un sistema de partidos de
cuatro partidos y cuatro dimensiones en pugna.
En 1991 se unifica Alemania y el sistema de
partidos se forma de 5 partidos, se suma el ex Partido Comunista, que pasa a
llamarse Partido de la
Izquierda. Pero todavía no tiene potencial de coalición, pero
en realidad se lo puede tomar como sistema de partidos de cuatro, debido a esa
falta de potencial de coalición. Es un multipartidismo moderado. Daba la
impresión de que se iba a formar dos coaliciones de partidos.
El funcionamiento del sistema a través de
las dimensiones en pugna y formato de partidos.
En 1948 hay elecciones municipales y en
1949 se dan elecciones nacionales en el Oeste, de los 17 partidos ingresaron
11. Fue una coalición del PL, PDC y del Partido Alemán, que gobernó desde 1949
hasta 1966 Konrad Adenauer, quien tuvo la característica del liderazgo dentro
de la coalición del PDC y el PSD en la oposición. En el ’63 Adenauer fue
obligado a abandonar la cancillería y asume Erhard, quien había sido su
ministro de economía. En 1965 hay elecciones federales de renovación de
parlamento, y se produce que el PL, que siempre fue socio del PDC permitiéndole
formar gobierno, tenía diferencias con Erhard gracias a su plan económico, y
por sobretodo por la personalidad de éste. Los liberales en esa elección no
iban de socios con el PDC, manifestando su intención de que, llegado el caso,
coalicionen con el PSD (de plataforma ideológica marxista). Éste, en un
contexto de plena Guerra Fría, no era un partido confiable como para formar
gobierno, ya que se lo consideraba próximo a la URSS. Pero el PSD ya
poseía una afinidad con el PL, el del conflicto laico/religioso. Erhard gana
las elecciones del ’65 pero en el ’66 deja la cancillería por no poder formar
gobierno. Lo sucede Kiesinger. En las elecciones de 1969 el PSD forma gabinete
con Brandt, quien era más flexible y negociador con los líderes soviéticos por
eso no era confiable, tenía presencia en los países del Tercer Mundo y en los
No Alineados.
Por primera vez, el PDC pasa a ser
opositor. En 1972 la coalición sufre una conmoción, los parlamentarios
liberales rompen filas con los del PSD, abriendo un problema para Brandt de que
se alíen con los del PDC. Entonces, disuelve el parlamento anticipadamente, con
las nuevas elecciones gana y logra formar con los liberales de nuevo coalición.
En 1974 asume Schmidt, otro jefe del PSD, hasta 1982.
Desde 1969-1982 hubo gobierno de coalición
entre PSD-PL, el gobierno de Brandt le otorgó credibilidad al PSD, y abandonó
su tinte marxista, generando centralidad. En 1982 se disuelve esa coalición, el
PL abandona al PSD y se concretó el voto de censura constructivo contra
Schmidt. Asume en 1982 Kohl y el PDC se pone de nuevo al frente del gobierno
hasta 1998.
En 1991 con la caída del muro, hubo todo un
debate acerca de la incorporación de Alemania del Este. Este Canciller es el
“padre de la unificación” porque decidió la unificación de las dos repúblicas
alemanas de un día para el otro, con éxito en su decisión.
En 1998 la Democracia Cristiana
pierde las elecciones porque un juez o fiscal, descubre que en la elección
anterior habían USD100.000 del que faltaba el nombre del donante, y le demandan
poner en regla ese tema, como no apareció el nombre del donante, lo acusaron a
Kohl de ello porque conocía el nombre del donante pero su condición había sido
la del anonimato. Por no faltar a su palabra de honor, prefirió perder las
elecciones. Vuelven al poder, entonces, el PSD liderados por Schröder, haciendo
coalición con los del Partido Verde, para en esa fecha, logran potencial de
coalición. Con los liberales ya no podían porque desconfiaban de ellos, por el
voto de censura aplicado a Schmidt.
En el 2005, las elecciones habían dado peso
a la coalición de Schröder y los verdes, pero el PDC postulaba a Merkel, quien
ganó por cuatro escaños. Los resultados fueron:
PSD= 222 bancas; PDC= 226; PL= 61; PI=54 ;
PV= 51 cinco partidos donde
ninguno puede gobernar sin coalicionar.
Para poder coalicionar, el partido
mayoritario necesita y debe querer coalicionar con un partido. Los Social
Demócratas no quieren coalicionar con el Partido de la Izquierda. El PL
tiene afinidad con los PSD, pero sólo llegan a las 286 bancas. Durante un mes
estuvo sin formar gobierno, hasta que el PSD y PDC lograron coalicionar. Hubo
una gran pulseada para ver quien iba como Canciller entre Merkel y Schröder,
quien da un paso al costado y asume Merkel. La necesidad de coalición no ha
sido obstáculo para formar gobierno. El PL sirvió de pivote para formar
gobierno durante mucho tiempo, según con quien se alineaba, formaba tal o cual
gobierno, hasta que el PV tuvo poder de coalición. Luego, los dos partidos
grandes se forman de masas, atrapa todo en términos de Oppo.
En 1948 se generó el problema de establecer
una Constitución. En ella establecen que la República Federal
Alemana adopta para su gobierno un sistema de partidos democrático, lo cual
marca una revalidación de los partidos políticos.
Otra discusión se dio en torno al sistema
electoral. Los partidos con menos expectativas querían un sistema proporcional
de lista y los que tenían más expectativas querían un sistema uninominal
mayoritario. Finalmente, se estableció un sistema de “compromiso”, un sistema
electoral mixto que repartía 50 y 50. Tiene un muy alto umbral para ser
reconocido como partido, del 5%, que redujo el número de partidos.
A los partidos reconocidos como
antisistema, no se le dio reconocimiento legal constitucional para competir.
Por lo que existe la controversia de que un sistema democrático impida la
participación de un partido. Esto ocurrió en 1952, cuando el Partido Social del
Reich fue disuelto y en 1956, cuando ocurrió lo mismo con el Partido Comunista
de Alemania.
Estas características no-proporcionales del
sistema proporcional (altos umbrales, circunscripciones pequeñas) hicieron que
el número de partidos se redujera. La proscripción de los partidos antisistema
(en términos de Sartori) fue el factor central que no permitió la polarización
de la sociedad.
20/09
O’Donnell “Otra Institucionalización” (1996)
En las dos últimas décadas, muchos países se
liberaron de sus regímenes autoritarios. Entre estos países existen importantes
diferencias. Algunos todavía mantienen regímenes autoritarios (si bien de un
tipo diferente de los del pasado) aún cuando de tanto en tanto realizan
elecciones. Otros países son claramente democráticos. Muchos otros parecen
ocupar una zona gris: exhiben ciertos parecidos con la democracia, pero sin
algunos de sus atributos. Según la mayoría de la literatura contemporánea, a
estas democracias de alguna manera “incompletas” les falta consolidarse o
institucionalizarse plenamente. Esto plantea dos tareas: encontrar criterios
que establezcan una línea divisoria (arbitraria) que separe el conjunto que
incluye todas las democracias existentes de todos los casos que no son
democracias. Para ello toma la definición de democracia como poliarquía. Una
vez obtenido ese conjunto de democracias razonablemente delimitado, la segunda
tarea consiste en examinar los criterios que se emplean para comparar los casos
dentro de este conjunto.
Se vale de América Latina contemporánea
como referente empírico, discute ciertas características de estos países desde
el punto de vista de los componentes que definen la poliarquía. Luego considera
una de las ideas centrales de la literatura sobre transiciones: que muchas
nuevas poliarquías no consolidadas no están, o están pobremente,
institucionalizadas, en contraste con las antiguas poliarquías. Pero sostiene
que el problema de muchas nuevas poliarquías no es la falta de
institucionalización. En ellas existen dos instituciones extremadamente importantes:
las elecciones (altamente institucionalizadas, pero intermitentes) y el
particularismo o clientelismo (informal, permanente y ubicua). Luego concentra
la atención en que, a diferencia de los períodos autoritarios, el
particularismo coexiste actualmente en incómoda tensión con y dentro de las
instituciones y reglas formales del complejo institucional de la poliarquía.
Los atributos de la poliarquía son:
1.
Autoridades
públicas electas
2.
Elecciones
libres y limpias
3.
Sufragio
universal
4.
Derecho
a competir por los cargos públicos
5.
Libertad
de expresión
6.
Información
alternativa
7.
Libertad
de asociación
Los aspectos 1 a 4 dan el aspecto básico de
la poliarquía: las elecciones son incluyentes, limpias y competitivas. Los
atributos 5 al 7 refieren a las libertades políticas y sociales que son
mínimamente necesarias para que las elecciones sean limpias y competitivas.
(Deja afuera República Dominicana, Haití y México)
Sostiene que es necesario añadir otros
atributos a los siete que Dahl enuncia. Uno es quienes ocupan las posiciones
más altas en el gobierno no deben sufrir la terminación de sus mandatos antes
de los plazos legalmente establecidos. Otro es que las autoridades electas no
deben estar sujetas a restricciones severas o vetos, ni ser excluidos de
ciertos ámbitos de decisión política por actores no electos, especialmente las
fuerzas armadas. (deja afuera Guatemala, Paraguay, Honduras y El Salvador, a su
vez, Chile y Perú como casos dudosos). Un tercer atributo adicional es que debe
existir un territorio disputado que defina claramente el demos votante. Por
último, también debe incluir una dimensión intemporal: la expectativa
generalizada que el proceso electoral y las libertades contextuales se
mantendrán en un futuro indefinido.
Estos criterios lo dejan con tres
poliarquías que precedieron la ola de democratización: Colombia, Costa Rica y
Venezuela; y con los que resultaron de ella: Argentina, Bolivia, Brasil,
Ecuador, Nicaragua, Panamá, Uruguay y, con algunas salvedades, Chile y Perú.
Pero sólo en la poliarquía latinoamericana más antigua, Costa Rica, y en dos
redemocratizadas, Chile y Uruguay, los tres poderes y los partidos
funcionan próximos a sus reglas
institucionales.
La definición de poliarquía no dice nada en
cuanto a las instituciones formales del régimen y el gobierno, tales como
parlamentarismo o presidencialismo, y la existencia o no de una constitución
escrita. Tampoco dice nada respecto del grado en que los gobiernos son
efectivos y/o responsables [accountable]
frente a los ciudadanos. La definición
de poliarquía establece una línea divisoria entre los casos en los que existen
elecciones limpias, competitivas y regulares, así como libertades contextuales,
de los casos en las que todas o algunas de esas condiciones no se cumplen.
Además permite variaciones entre los casos por él delimitados.
Instituciones
Los casos latinoamericanos que clasifica
como poliarquías cumplen con la condición de que las elecciones están
institucionalizadas.
Por institución entiende un patrón
regularizado de interacción que es conocido, practicado y aceptado por actores
que tienen la expectativa de seguir interactuando bajo las reglas sancionadas y
sostenidas por ese patrón.
En todas las poliarquías, las elecciones
están institucionalizadas, tanto en sí mismas como en la razonable efectividad
de las condiciones contextuales de libertad de prensa, acceso a la información
alternativa y libertad de asociación. Esta es la dimensión intemporal. Cuando
las elecciones están institucionalizadas, no sólo se celebran elecciones
limpias y competitivas sino también existe la expectativa generalizada que
nuevas rondas de elecciones limpias y competitivas tendrán lugar en un futuro
indefinido. Que los votantes no sufrirán coerción física y que sus votos serán
contados limpiamente. También se da por descontado que sus ganadores asumirán
sus cargos y que sus mandatos no serán interrumpidos arbitrariamente. Para que
este proceso exista, debe haber, además, libertad de opinión y asociación y
medios libres de censura.
Consolidación
democrática e institucionalización plena
Considera equívoco pensar que ciertas
poliarquías no están institucionalizadas porque algunas de sus instituciones no
son o no funcionan como las de las viejas poliarquías.
Una vez que las elecciones están
institucionalizadas, se puede decir que la
poliarquía está consolidada: si existe la expectativa de elecciones limpias,
competitivas y regulares se mantendrán en un futuro indefinido y si esta
expectativa es compartida por la mayoría de los actores políticos y la opinión
pública. Estos rasgos, junto con la condición de que no existan poderes de
veto sobre las autoridades electas, constituyen la influyente definición de
“consolidación democrática” de Linz: situación en la que ninguno de los actores
políticos más importantes, partidos o intereses organizados, fuerzas o
instituciones, considera que existe alternativa al proceso democrático para
llegar al poder y que ninguna institución política tiene la prerrogativa de
vetar la acción de los gobernantes democráticamente electos. Sin embargo,
considera que no hay teoría que nos diga por qué y cómo las nuevas poliarquías
que institucionalizaron las elecciones van a completar su complejo
institucional o llegar a consolidarse. Todo lo que se puede decir es que
mientras las elecciones estén institucionalizadas, las poliarquías
probablemente subsistirán.
Reglas formales e
informales
El complejo institucional en el que se
materializa la poliarquía es un conjunto de reglas e instituciones, muchas de
ellas organizaciones complejas, explícitamente formalizadas en constituciones y
legislación auxiliar. Éstas guían como el individuo se comporta dentro y en
interacción con las instituciones.
En muchas nuevas poliarquías, la
institución de las elecciones funciona como lo dice la regla, pero otras
instituciones no funcionan de la misma manera. Cuando la adecuación del
comportamiento y las expectativas de comportamiento se acercan a las reglas
formales, se puede decir que todas o la mayoría de las instituciones y reglas
formales de la poliarquía han alcanzado plena institucionalización. Cuando la
adecuación es escasa o nula, hay que realizar una doble tarea de descripción de
comportamiento real y especificar reglas que a menudo son informales, que ese
comportamiento y expectativa efectivamente siguen.
Particularismo y
poliarquía
Las instituciones informales, en ocasiones
encubiertas, tienen enorme influencia en muchas nuevas poliarquías, tales como
el clientelismo y el particularismo, diversos tipos de relaciones no
universalistas que se consideran corruptas.
El particularismo es antagónico con uno de
los principales aspectos del complejo institucional de la poliarquía: la
distinción entre la esfera pública y la privada. La efectividad de esta
distinción es un aspecto importante de la institucionalización formal de la
poliarquía. Se supone que los individuos que asumen roles en las instituciones
políticas no están dominados por motivos particularistas sino por concepciones
orientadas al bien público. En el particularismo esta noción es raramente
respetada.
Algunos correlatos
y afinidades electivas
En países donde la brecha entre el país
legal y el real es parte de su historia, la alta visibilidad de esa brecha
entre las reglas formales y comportamiento, puede no amenazar la supervivencia
de la poliarquía. Las instituciones pueden ser resistentes y duraderas,
especialmente si tienen profundas raíces históricas.
El que algunas poliarquías sean
informalmente institucionalizadas tiene varias consecuencias importantes. Una
de ellas está relacionada con el desdibujamiento de los límites entre las
esferas pública y privada: la accountability, un aspecto crucial de las
poliarquías formalmente institucionalizadas, se ve obstruida. La
institucionalización de las elecciones significa que existe accountability
electoral retrospectiva. Además, una prensa razonablemente libre y varios
segmentos activos de la sociedad se encargan de que algunos actos de gobierno
escandalosamente ilícitos sean denunciados. Estos aspectos de la poliarquía,
aun cuando no esté formalmente institucionalizada, supone una enorme diferencia
con cualquier tipo de régimen autoritario. Pero de lo que se carece es de la
accountability horizontal, los controles que algunas agencias estatales se
supone que ejercen sobre otras agencias estatales. Las poliarquías cuentan con
varias d estas agencias investidas de autoridad legalmente definida para
supervisar y eventualmente sancionar acciones ilegales emprendidas por otros
agentes estatales.
Las instituciones formales tienen límites
legalmente establecidos y bien definidos, que circunscriben el adecuado
ejercicio de su autoridad y que existen agencias estatales encargada de
controlar y corregir las violaciones de estos límites por parte de cualquier
funcionario o agencia. Estos límites están estrechamente relacionados con la
frontera privado/pública, puesto que quienes desempeñan roles en la esfera
pública están obligados a seguir reglas universales y públicamente orientadas,
no sus intereses particulares. La efectividad de esas reglas depende de
agencias estatales que controle aquello.
Es muy poca la accountability horizontal en
la mayoría de las nuevas poliarquías, más aún, el ejecutivo se esfuerza por
erosionar la accountability horizontal que existe. La combinación de elecciones
institucionalizadas, particularismo con institución política dominante y gran
brecha entre las reglas formales y el comportamiento tiene fuerte afinidad con
concepciones y prácticas delegativas y no representativas de la autoridad política.
Particularismo generalizado, gobierno
delegativo, débil accountability horizontal y la consiguiente baja transparencia de los
procesos de representación y elaboración de políticas tienen, dos consecuencias
negativas: una es que la falta generalizada de controles protege y realimenta
viejas prácticas autoritarias. La otra es que se introducen fuertes sesgos, en
términos de influencia sobre la elaboración e implementación de políticas, en
favor de intereses particulares.
Mientras que las poliarquías formalmente
institucionalizadas exhiben distintas combinaciones de democracia, liberalismo
y republicanismo, las poliarquías informalmente institucionalizadas son
democráticas cuando incorporan el componente plebiscitario del gobierno
delegativo, fuertemente mayoritarias. Pero sus componente liberal (distinción
entre lo público y lo privado) y republicano (virtud de servicio de los
funcionarios) son débiles.
27/09
O’Donnell:
Accountability Horizontal
Centra la atención en las poliarquías que
exhiben una accountability horizontal débil o intermitente. Esto abarca a casi todos los países latinoamericanos, y
algunas otras poliarquías nuevas como Filipinas, Corea del Sur y Taiwán y
algunas de los países post-comunistas.
Por definición, en estos países está vigente
la dimensión electoral de la accountability vertical. Elecciones, demandas
sociales que se pueden articular sin padecer coerción estatal y medios que por
lo menos cubren con regularidad las más visibles de estas demandas y los
actos presuntamente ilícitos de las autoridades públicas, son dimensiones de lo
que denomina accountability vertical. Son iniciativas que se llevan a cabo de
forma individual o por medio de algún tipo de acción organizada y/o colectiva.
La principal faceta de la accountability
vertical, las elecciones, se realizan sólo de vez en cuando. La existencia de
accountability vertical implica que estas poliarquías son democráticas: los
ciudadanos pueden ejercer su derecho a participar en la elección de quien los
gobernará por cierto período y pueden organizarse para expresar libremente sus
opiniones y demandas. Pero la debilidad de la accountability horizontal implica
que los componentes liberal y republicano de muchas de estas
poliarquías son la compleja síntesis de tres corrientes históricas o
tradicionales: democracia, liberalismo y republicanismo. Estas corrientes han convergido en las
instituciones y en cierta medida en la práctica de las poliarquías modernas.
También creo que esta convergencia es parcialmente contradictoria, en el
sentido de que alguno de los principios básicos de cada una de estas corrientes
son inconsistentes con los principios básicos de otras. Esta inconsistencia
imprime a las poliarquías, además de algunas de sus irritantes dificultades,
sus características distintivamente dinámicas y abiertas.
El componente liberal expresa la idea de
que existen ciertos derechos que ningún tipo de poder, especialmente el
estatal, puede invadir. El componente republicano refiere a la idea de que el
desempaño de funciones públicas es una actividad dignificante que exige
cuidadosa sujeción a las leyes y entrega al bien público, por más que implique
el sacrificio de los intereses privados. Tanto el componente liberal como el
republicano plantea la distinción entre la esfera pública y la privada. La
tradición democrática ignora estas distinciones, en los hechos pueden haber
actividades privadas, y quienes participan en las decisiones colectivas no son
una elite virtuosa, sino que llevan una activa vida privada, pero el demos
tiene pleno derecho a decidir en todo asunto que considere apropiado.
Hay en estos tres, una importante
convergencia. La democracia en sus impulsos igualadores, el liberalismo en su
vocación de proteger las libertades individuales y el republicanismo en su
severa concepción de las obligaciones de quienes gobiernan. Cada cual, a su
modo, patrocina el estado de derecho, aspecto fundamental de la poliarquía.
Todo derecho que existe es derecho emitido
y/o respaldado por el Estado a través del sistema legal. La otra cara de las
del Estado son sus burocracias, sedes de cruciales recursos de poder que se
deberían movilizar cuando entran en juego cuestiones de accountability
horizontal.
Los estados exhiben grandes variaciones al
o largo del tiempo y espacio, las variaciones en los tipos de capitalismo y de
estado deberían tener importantes consecuencias en cuanto al tipo de poliarquía
de cada país y sus pautas de cambio probables.
Las poliarquías son combinaciones complejas
e inestables de los cuatro elementos (los tres elementos y el estado). Muchas
luchas políticas se podrían leer como confrontaciones de argumentos acerca de
la combinación más conveniente entre esos elementos para cierto país en un
momento dado. La difusión, primero desde Gran Bretaña y luego desde los EEUU y
Francia, ha sido un factor cardinal en la conformación de las poliarquías que
emergieron con posterioridad, fuera de esos países de origen, la poliarquía
nunca ha sido un producto autóctono.
Aunque la rotación y el azar son los
procedimientos más auténticamente democráticos, las elecciones llegaron a
identificarse con la democracia, tanto en la teoría como en lo que hoy es el
sentido común. De esta manera queda empañado el papel no menos constitutivo que
el liberalismo y el republicanismo desempeñan o al menos desempeñaron en la
concepción histórica de la poliarquía. Esto plantea problemas importantes
cuando se analiza la accountability horizontal.
Define accountability horizontal: la
existencia de agencias estatales que tienen la autoridad legal y están
fácticamente dispuestas y capacitadas para emprender acciones, que van desde el
control rutinario hasta sanciones legales, en relación con actos u omisiones de
otros agentes o agencias del estado que pueden, en principio o presuntamente,
ser calificadas como ilícitos. Tales
acciones pueden afectar las tres esferas principales, la democracia se resiente
cuando se cancelan las libertades de asociación o introducen fraude en las
elecciones. La liberal se infringe cuando agentes estatales violan o permiten a
privados violar libertades y garantías. La republicana se ve afectada cuando
las acciones de los funcionarios públicos implican un desprecio de las
exigencias que impone la tradición republicana.
Un tema central es el de las fronteras o
límites, por un lado de la separación entre la esfera pública y privada, y por
otro, de agencias estatales autorizadas y dispuestas a supervisar, controlar,
rectificar y/o sancionar actos ilícitos de otras agencias del estado. Estas
agencias autorizadas deben tener autonomía suficiente respecto de las agencias
que controla. Este es el viejo tema de la división de poderes y de los pesos y
contrapesos entre ellos. Incluye las instituciones clásicas del ejecutivo,
legislativo y judicial, pero en las poliarquías contemporáneas también abarca a
diversas agencias de supervisión, contralorías, fiscalías, etc. La
accountability horizontal efectiva no es producto de agencias aisladas, sino de
redes de agencias que incluyen en su cima, un poder judicial comprometido con
esa accountability.
La idea básica es la prevención y sanción
de las acciones a que los funcionarios son propensos, es decir, a sus
extra-limitaciones, las transgresiones de los límites de su autoridad
formalmente definida. Para que sean autónomas, estas agencias deben tener
fronteras bien delimitadas, reconocidas y respetadas por los actores
relevantes, y los actores jurídicos deben poder protegerlas.
Un problema adicional resulta de la
tendencia monística de la democracia. Plebiscitarismo, cesarismo y otros
términos afines tienen profundas raíces históricas en muchos países. La
democracia se trataría de la elección, pro medio de elecciones razonablemente
competitivas, de la persona que habrá de gobernar al país por cierto período,
gobernar es lo que hace el ejecutivo, quienquiera que sea electo posee el
derecho y deber de velar por el bien del país tal como él y sus colaboradores
directos creen conveniente. La existencia de poderes suficientemente autónomos
con respecto al ejecutivo, especialmente cuando o si se supone que éstos deben
ejercer controles sobre aquél, parece un estorbo vano. En el corto plazo, el
sentido común del ejecutivo delegativo ansioso por ejercer las amplias
responsabilidades que siente le han encomendado de forma exclusiva, es ignorar
aquellas agencias y, en el mediano plazo, esforzarse por eliminarlas,
cooptarlas o neutralizarlas. Mientras más éxito tenga en anular aquellas
agencias, mayor es su libertad para tomar decisiones. Esto no quiere decir que
el ejecutivo sea omnipotente, ya que se topa con límites, incluso entre sus
aliados políticos, así como del gran tamaño del país y/o su federalismo, que
propicia la existencia de poderes locales.
Existen dos direcciones fundamentales en
las que la accountability horizontal puede resultar violada, una ocurre cuando
una agencia estatal invade ilegalmente la autoridad de otra (Transgresión), y la segunda cuando los
funcionarios públicos obtienen para sí mismos las viejas ventajas ilícitas (Corrupción).
El principio democrático exige un alto
grado de transparencia en la elaboración de decisiones colectivas, si bien
parecería no interponer obstáculos a la transgresión, fomenta atención sobre
los actos de corrupción, en las nuevas democracias, lo que predomina la
corriente democrática provocando menor tolerancia a los actos corruptos, y
relativa indiferencia a la transgresión.
O’Donnell sospecha que en el largo plazo la
transgresión es más peligrosa que la corrupción para la supervivencia de la
poliarquía, su sistematicidad liquida a la poliarquía, mientras que la
generalización de la corrupción la deteriora pero no la elimina. Además ejerce
un obstáculo más fuerte que la difusión corrupción a la emergencia de agencias
estatales relativamente autónomas.
Sin embargo, la corrupción representa una
preocupación importante en los países con nuevas poliarquías. Por corrupción
entiende la malversación de fondos públicos o la aceptación de coimas.
Para reforzar la accountability sugiere:
*
Asignar
a los partidos de oposición que han alcanzado un nivel razonable de apoyo electoral
un papel importante, si no el principal en la dirección de las agencias
encargadas de investigar presuntos casos de transgresión y/o corrupción.
*
Las
agencias que desempeñan un papel esencialmente preventivo, como las agencias
que desempeñan un papel esencialmente preventivo, como las contralorías o
auditorias políticas, sean altamente profesionales, cuenten con recursos
suficientes y sean independientes del ejecutivo
*
Contar
con un poder judicial altamente profesionalizado, bien provisto de un presupuesto,
lo más independiente del ejecutivo y legislativo.
*
Acción
activa y persistente de los actores domésticos, los medios periodísticos y
varias organizaciones sociales de accountability vertical.
Una adecuada comprensión de las poliarquías
actualmente existentes requiere tener en cuenta ciertas tradiciones que se han
difundido en diversos grados y de múltiples formas, se han materializado en
reglas formales (las constituciones en primer lugar) y a las cuales la mayor
parte de los líderes políticos contemporáneos encuentra conveniente rendir
tributo.
Otro factor importante son los individuos,
especialmente los líderes políticos e institucionales. Incluso en países con
una larga tradición de corrupción generalizada y transgresiones recurrentes, el
buen ejemplo de individuos importantes que actúan siguiendo las reglas
liberales y republicanas, y nos persuaden de ello, pueden generar un quizá
difuso pero valioso apoyo dentro de la opinión pública.
Los incentivos de muchos individuos en
posiciones de poder para mantener prácticas poco liberales y republicanas son
extremadamente fuertes, y el comportamiento democrático predominante hace poco
para mejorar esta situación. En cambio, excepto en casos de actores altruistas,
los incentivos para promover la accountability horizontal son débiles,
especialmente si lograr un grado significativo de accountability horizontal
requiere la coordinación de varias agencias no interconectadas.
4/10
Munsk
“La Desagregación del
Régimen Político: Problemas conceptuales en el estudio de la democratización”
El
autor comienza planteando que la falta de claridad en lo que respecta a
conceptos claves en el análisis de régimen y la incertidumbre acerca del modo
de evitar el estiramiento conceptual han “oscurecido las líneas en torno a las
cuales han de ser realizadas las comparaciones”. Es decir, la confusión acerca de los
conceptos que van a servir para organizar comparaciones ha llevado a muchos
autores a rechazar las comparaciones entre Este y el Sur debido a la equivocada
idea de que el proceso de democratización en Europa Meridional y América Latina
no es comparable. A fin de que el diálogo entre especialistas de estas regiones
sea posible y se puedan reportar ganancias teóricas es necesario clarificar
estos problemas conceptuales. El artículo intentará contribuir con la tarea de
clarificación conceptual a partir de la reconstrucción del concepto de Régimen Político.
Régimen
político como concepto bidimensional
El
resultado de la recolección y organización de las definiciones es un concepto
bidimensional que cuenta con una dimensión procedimental y otra conceptual.
La
primera dimensión consta de una serie de reglas o procedimientos. Si bien
existen pequeñas variaciones en lo referente a los aspectos específicos que estas reglas estructuran,
existe un consenso general. Parte de lo que define a un régimen político son
las reglas de procedimiento que determinan:
(a) La
cantidad y tipo de actores a los que les está permitido acceder a las
principales posiciones de gobierno.
(b) Los
métodos de acceso a esas posiciones.
(c) Las reglas
que se observan en la toma de decisiones públicamente vinculantes.
Las
reglas procedimentales pueden
ser formales o informales, y
explícitas o implícitas. Este punto es importante ya que la inclusión de reglas
informales en la definición de régimen político permite una conceptualización que no se limita al
análisis formal –legal, sino que
intenta prestar atención a prácticas reales.
Existe
también un componente conductual del concepto de régimen político. Esta segunda
dimensión se centra en la importancia de los actores en el sentido que las
reglas de procedimiento estructuran y dan forma a la conducta política sólo en la medida que los
actores aceptan u obedecen estas reglas. La institucionalización dependerá de
la aceptación estratégica o instrumental de una serie de reglas de
procedimiento por todos los actores importantes y, aunque ciertamente no exige
la aceptación normativa de esas reglas por todos los actores, requiere al menos
que ningún actor relevante las rechace normativamente.
La desagregación del concepto de régimen político
El
concepto bidimensional de régimen político implica el riesgo potencia de la
mezcla de distintos fenómenos y la confusión teórica. Pero los analistas de
régimen han escapado a esta dificultad por medio de la desagregación conceptual. Esta se ha realizado a través de la introducción de los conceptos
secundarios de transición y
consolidación que ayudan a aislar las dimensiones procedimentales y
conductuales de los regímenes.
El
concepto de transición, definido como “el intervalo entre un régimen político y
otro”, durante el cual “las reglas del juego político no están definidas”,
junto con el concepto de consolidación definido como el período que se abre
cuando un conjunto de reglas ha sido definido y que se cierra cuando éste
termina siendo operativo, introducen una distinción fundamental. Establecen una
diferencia entre los procesos en los cuales la emergencia misma de las reglas
está en juego y aquellos en los cuales éstas se dan por descontadas.
El
concepto de transición esconde dos aspectos, ya que un proceso de transición
invita a una forma diacrónica de análisis, centrada en la configuración que los
actores dan a las nuevas reglas. El proceso de transición tiene un resultado
que adquiere una existencia independiente.
En
suma, el análisis de régimen consta de tres grandes áreas de indagación que se
caracterizan por distintos temas de análisis: (a) la creación de las nuevas
reglas por los actores, el aspecto central del proceso de transición, (b) las
reglas mismas, el resultado central del proceso de transición, (c) la
aceptación o el rechazo de las reglas que los actores definen durante la fase
de transición, el núcleo característico
del proceso de consolidación.
Partiendo
de este marco general que desagrega los elementos constitutivos de la
definición de régimen político a un alto nivel de abstracción, los analistas de
régimen han elaborado nuevos conceptos.
Métodos de Transición
El
trabajo de Terry Karl va a aportar la contribución fundamental que permite la
conceptualización de una variedad de modos de transición, más allá de los que
habían estado en el centro de debate.
Kart
subraya dos criterios que tienen sus raíces en la naturaleza misma del proceso
de transición. Al reconocer que el proceso de transición es encabezado por
actores, uno de los criterios resulta ser la identidad de los actores que
conducen la transición, que van a ser distinguidos por su carácter de elite o
de masa. El otro criterio, que parte del supuesto que los procesos de
transición son momentos en que la carencia de reglas concede primacía a la
interacción de los actores, es la estrategia de los actores, que puede
distinguirse según este basada en el compromiso o la fuerza. Esta
conceptualización de los modos de transición captura el carácter fluido de esta
clase de procesos y sienta las bases para comparar casos empíricos, mostrando
que modos de transición muy distintos están en realidad ubicados en el mismo
espacio conceptual.
Tipos y subtipos de régimen
El
siguiente paso lógico para continuar con el análisis de los modos de transición
es el estudio de las reglas que emergen del proceso de transición.
Los
investigadores han intentado reconocer la posible diversidad de reglas
institucionales a través de complejos constructos tipológicos, que constituyen
un rico objeto de conceptualización en el análisis de régimen. En un alto nivel
de generalización, estas tipologías han esquematizado todos los regímenes
posibles, empleando explicita o implícitamente los atributos que definen la
dimensión procedimental de los regímenes como una matriz.
Atributos
Tipos de régimen
|
Cantidad y tipo
de actores que pueden acceder al poder
|
Métodos de acceso
al poder
|
Reglas para la
elaboración de decisiones públicamente vinculantes
|
Democrático
|
Varios
Actores. Líderes de múltiples partidos políticos
|
Elecciones
competitivas regulares con participación popular
|
Sistema
de frenos y contrapesos.
|
Autoritario
|
Pocos
actores. Líderes de las elites militares y empresariales
|
Decisiones
elaboradas dentro de las FF.AA
|
Arbitrariedad
limitada.
|
Totalitario
|
Un
actor. Líderes del partido único.
|
Decisiones
elaboradas dentro del partido único.
|
Arbitrariedad
ilimitada.
|
Una
estrategia común en que fueron elaborados los subtipos consistió en la
construcción por medio de un proceso de “especificación neutral”, esto es,
mediante la adición de un nuevo atributo que especifica las formas particulares
que asume un elemento que es parte del tipo de régimen, pero sin socavar la
autenticidad del subtipo del cual deriva. Ese es el caso de la distinción entre
la democracia presidencial y la parlamentaria, obtenida a partir de la
introducción de un nuevo atributo que requiere la especificación de la forma en
la cual se realiza la elección del ejecutivo. Otros subtipos han sido generados
por procesos de hibridación, la adición de un atributo que introduce un
elemento nuevo pero extraño al tipo de régimen básico y que pone en duda la
autenticidad del subtipo del cual deriva. Por ejemplo en Chile, varios
Senadores son designados en lugar de ser electos.
Grados de consolidación
La
consolidación comienza con la instalación de nuevas reglas institucionales que
ponen fin a una determinada transición y depende de que los actores acepten las
reglas instaladas. Los analistas de régimen se han dedicado a la distinción de
los casos en función del grado de consolidación de las reglas institucionales,
es decir, a su aceptación por todos los actores políticos importantes.
Es
posible ir más allá de estas evaluaciones generales formuladas en términos de
grados de consolidación. Una vía posible sería intentar una mayor precisión
evaluando la consolidación de acuerdo con la identidad y la fuerza de los
actores de una sociedad nacional y el grado en que estos actores aceptan o
rechazan estratégica y normativamente las reglas institucionales. Otra vía
puede ser la incorporación de la noción de regímenes parciales de Schmitter, de
modo de romper con el supuesto relativamente rígido, y no siempre preciso,
según el cual el conjunto completo de reglas institucionales que constituyen un
régimen es instituido en un único punto en el tiempo. En función del análisis
de los procesos de consolidación, esto permitiría que el analista se centre en
la caracterización del grado de consolidación de diferentes aspectos de un
régimen, más que en la evaluación de la consolidación del régimen como un todo.
Los usos del campo semántico del análisis
de régimen
El
mapa conceptual ofrece a los estudiosos de los regímenes políticos claros criterios
para discernir problemas analíticamente distintos. La distinción más general en
este sentido se traza entre el estudio de las reglas institucionales mismas,
que requiere una consideración sincrónica, y el proceso de transición y
consolidación, que exige un modo diacrónico de análisis. Los analistas de
régimen han incluso establecido diferencias entre los procesos en que las
reglas del juego no están definidas y los procesos en que estas reglas se dan
por descontadas. Esta distinción ha permitido que los especialistas reconozcan
las diferentes dinámicas implicadas en los procesos de transición democrática
por un lado y en los de consolidación por otro; así mismo, les ha permitido
mostrar que los actores, estrategias y condiciones que facilitan la transición
democrática no se superponen necesariamente con aquellos que hacen posible la
consolidación democrática.
El
mapa conceptual elaborado por los analistas de régimen tiene importantes
implicaciones para el testeo de teorías, en la medida en que suministra a los
investigadores las herramientas adecuadas para seleccionar casos sin caer en el
estiramiento conceptual.
Para
evitar el problema del estiramiento conceptual han organizado sus constructos
tipológicos de acuerdo con una
disposición vertical, a lo largo de una escala de abstracción o generalidad
(Sartori). Esta tarea se realiza con éxito ubicando los atributos necesarios y
definitorios compartidos por todos los casos del tipo de régimen en la cima de
la escala, e introduciendo los atributos centrales y contingentes como manera
de descender por la escala de generalidad y generar subtipos de régimen que se
ramifican hacia abajo. La virtud de esta organización vertical de conceptos,
que ubica las distinciones cualitativas más generales posibles en la cima de la
escala de generalidad para separar todos los casos en tipos de régimen, y que
relega las distinciones cuantitativas a escalones más bajos de generalidad, es
que facilita la selección de casos a la vez que acata el “dictum” de Sartori de
subordinar la lógica de la gradación a la lógica de la clasificación. Una vez
que los conceptos han sido organizados verticalmente a lo largo de la escala de
generalidad, solo se necesita seguir una regla bastante simple para evitar el
estiramiento conceptual: los casos deben ser seleccionados en primer término
sobre la base de atributos necesarios y definitorios compartidos por todos los
miembros de un conjunto particular, solo después de que la elección haya sido
realizada, se comienza a seleccionar los casos sobre la base de atributos
centrales contingentes adicionales.
En
suma, el rico campo semántico que los analistas de régimen han elaborado ofrece
a los investigadores un mapa conceptual particularmente apropiado para la
construcción de teoría, en la medida en que provee claros criterios para
distinguir problemas analíticamente distintos y para testear hipótesis.
Conceptualizaciones alternativas de
“régimen político”
El
primer modo alternativo de comprensión del concepto de régimen que merece
atención, ha sido formulado por autores que conciben a los regímenes
exclusivamente en términos de actores, o que afirman que las reglas
institucionales son un “epifenómeno”, con lo cual se termina por considerar a
un régimen como algo parecido a la coalición gobernante. Esto una forma de
subestimar las reglas institucionales de la política (algo común en los
sociólogos, dice el autor). Una forma menos extrema de subestimar las reglas
institucionales está asociada a definiciones de régimen que, si bien introducen
una distinción entre reglas y actores, suponen no obstante una correspondencia
uno-a-uno entre estas dos dimensiones, y en general asumen que las reglas están
basadas o expresan el más fundamental poder de los actores. El resultado
entonces será el mismo: Se defina al régimen exclusivamente en términos de
actores o se trate a las instituciones como epifenómenos, estas formulaciones
del régimen político como “coalición gobernante” llevan al analista a ignorar
la importancia específica de las instituciones y a conceder un excesivo peso a
los actores y a la coalición gobernante en particular.
Existen
diversos problemas vinculados con esta concepción reduccionista del régimen,
dado que la importancia de las reglas en la estructuración de la política es
pasada por alto, esta conceptualización tiende a ignorar la diversidad
institucional que puede coexistir con un mismo conjunto de actores y que los
analistas de régimen buscan identificar por medio de las tipologías de
regímenes políticos. Más aún, careciendo de una definición de régimen que
reconozca tanto la importancia de los actores como la de las reglas, esta
conceptualización es también incapaz de percibir el juego recíproco entre
actores y reglas institucionales. Como resultado de ello, las distinciones en
términos de grado de consolidación de un régimen resultan inconcebibles, así
como la noción misma de proceso de transición, en el cual los actores proponen
una alternativa a las reglas existentes.
Una
perspectiva que merece más atención es la que ofrecen algunos autores que no
han dado una definición específica de régimen político, pero que han intentado
contribuir por medio de la construcción de índices cuantitativos de democracia.
Esta simplicidad resulta decepcionante ya que la mayoría de los índices
conducen a confusión teórica y estiramiento conceptual. Puesto a que los
actores son ignorados, no existe modo alguno en que los índices puedan captar
los procesos de transición y consolidación, que solo tienen sentido a la luz
del comportamiento de aquellos. Por ende, van a resultar incapaces de proveer
una fundamentación conceptual adecuada para mejorar nuestra comprensión de las
reglas institucionales.
La
primera consecuencia es que estos índices de democracia simplemente carecen de
una base conceptual a partir de la cual distinguir entre distintos tipos de
régimen. Una segunda consecuencia es que los índices necesariamente fracasan a
la hora de cumplir su principal promesa: ayudar a determinar el grado en que
una organización política es democrática. Puesto que la correcta construcción
de estos índices requiere en primer lugar que se logre establecer que una
organización política es democrática y solo después que se determine en que
grado lo es. Además, este procedimiento nos induce pensar que es posible
analizar el grado de democracia de una organización política aún cuando no se
trate de un régimen realmente democrático.
El
problema de estiramiento conceptual que esto ocasiona ha llevado a reconocer la
necesidad de introducir distinciones cualitativas.
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